Libros, feminismos y sermones

La Feria del Libro, este año en la Ciudad Colonial, es un paseo obligado en el que recuperar el amor por los libros a veces desplazado por la adicción a una buena serie.

La lectura es el vicio más virtuoso que se puede practicar. Es bueno hasta cuando es malo y no es ajeno nunca a lo que vive, quiere y piensa la sociedad en cada momento de la Historia. Ahora toca estirar el sentir feminista hasta los bordes de lo inconveniente para las propias mujeres. Censurar libros invocando al feminismo más radical es una conducta profundamente heteropatriarcal. Así se juntan los extremos. Si en un tiempo las mujeres eran consideradas poco menos que estúpidas y se les permitía leer o no leer determinados libros ahora el feminismo hace sus listas de libros prohibidos... que incluye cuentos infantiles. Ya se sabe, el momento de educar es el perfecto para manipular.

La escuela pública Tàber, en Barcelona (España), ha decidido eliminar de su biblioteca hasta 200 cuentos infantiles, incluyendo a Caperucita Roja. Es probablemente la medida más estúpida que en nombre de la defensa de la mujer se ha hecho en la historia de la lucha por la igualdad.

Tiempo de lectura. Reivindiquemos la libertad de expresión, de información, de pensamiento. De educación. Tiempo de releer los cuentos infantiles (en sus versiones completas). Recuperar a Salgari, Enid Blyton, Verne, Richmal Crompton, Agatha Christie, a Zane Grey. A los grandes autores de la novela negra y aventuras... ¿Hay que pedir permiso a alguna coordinadora feminista? ¿Hacer un test de corrección a los clásicos? ¿Quién les da el derecho a censurar en nombre de la mujer?

Inés Aizpún

Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Actualmente es la directora de Diario Libre. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.