Una propuesta de solución

Las elecciones municipales de febrero 2020 no pueden celebrarse sin un acuerdo sobre el método de votación y el conteo de los sufragios.

Sobre la mesa hay dos sistemas: el del voto automatizado que se utilizó en las primarias y que es respaldado por la mayoría de los partidos, y el método de las boletas que dada la complejidad de las elecciones puede prestarse a todo tipo de incidentes.

El tiempo apremia.

Es evidente que cualquier decisión que tome la Junta Central Electoral, ya sea en ordenar ella una auditoría del sistema, o adoptar otro método, será cuestionada y atacada sin piedad por los terroristas de ambos lados.

Ya la Junta fracasó en el primer intento de auditoría.

El sistema del voto automatizado no es un sistema complejo. En la forma en que está concebido es un simple programa de suma de votos. Nada del otro mundo o que requiera a la NASA. Por eso, hubo que rodearlo de precauciones, como no conectarlo a las redes.

Dada la naturaleza del programa, éste puede ser “desconstruido” por técnicos escogidos por los partidos para “reestructurar el código fuente”, con una llave para cada partido como mecanismo de control y así usar un sistema que traería tranquilidad a la población por la rapidez de los resultados, su eficacia y la limitada posibilidad de fraude, porque el gran fraude ocurre fuera de los recintos electorales y eso lo saben todos los partidos.

Nuestra propuesta, que los técnicos en informática pueden entender muy bien, va en el sentido de que los partidos dejen la cháchara y se pongan a trabajar en las soluciones. Ellos viven de las elecciones. Que aporten.

Adriano Miguel Tejada