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Nueva anormalidad

Ya la guerra no es el único peligro existencial, y las políticas puestas en marcha para enfrentar el cambio climático continúan siendo insuficientes

El día 20 del pasado mes de enero se informó al mundo la hora del reloj. Y no fue la de un reloj cualquiera, sino la del que señala el tiempo que falta para el juicio final de la humanidad. Apenas cien segundos faltan, lapso que se ha mantenido inalterado desde el año 2020.

En 1945 Albert Einstein y otros especialistas fundaron el Boletín de Científicos Atómicos, el cual, dos años después en 1947, creó el reloj a fin de mostrar cuán cerca estamos de destruir nuestro propio planeta. En su inicio, el peligro fundamental era la guerra nuclear, pero más adelante se fueron incorporando otras amenazas, una de ellas el cambio climático. En 1947, las agujas del reloj fueron colocadas a 7 minutos de la medianoche. Su mayor distancia ha sido 17 minutos, en 1991 cuando se esperaba el fin de la guerra fría y armonía entre las potencias antes antagónicas. Su actual posición a cien segundos, es la más próxima a la catástrofe que haya tenido, situación que la organización describe como la nueva anormalidad.

Cada enero, los científicos ponen el reloj en hora y explican las razones por las que lo hacen. Este año justificaron mantener la hora sin cambio indicando que las expectativas favorables por la presidencia de Biden en los EE.UU. no se han concretado, persisten los riesgos de seguridad respecto de China y Rusia, así como el latente conflicto con Corea del Norte y las tensiones en Ucrania.

Pero ya la guerra no es el único peligro existencial, y las políticas puestas en marcha para enfrentar la acumulación de gases de invernadero en la atmósfera continúan siendo insuficientes. A ese factor se suma la discrepancia entre los avances en la lucha contra la pandemia en países desarrollados, y la lentitud que ha caracterizado a los programas de vacunación en países pobres, lo que fomenta el surgimiento de nuevas variantes del virus.

Como científicos, los que manejan el reloj están preocupados también por los efectos de la desinformación sobre actitudes y decisiones.

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Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.