Ascensos y aumento de salario
A la guardia le gustan los pesos y las rayas...
El ascenso de uno o dos policías que hayan realizado una hazaña en lucha contra el crimen, además de merecido y oportuno, entra en el ámbito de lo previsto.
El orden noble de premiar las buenas acciones.
En igual medida al soldado que se destaque en la guerra y de muestras supremas de heroísmo, defendiendo una posición o atacando otra.
Sin embargo, ese no es el caso de los rangos otorgados el pasado lunes a 10,444 militares y 4,500 agentes. Desde lejos no se nota discernimiento, pero sí discriminación.
Más que ascenso, pues no se cita conducta extraordinaria, fue un aumento general de sueldos, aunque disfrazado o disimulado por la circunstancia.
Incluso, nada sorpresa, pues sus respectivos jefes habían adelantado esa mejoría.
¿Por qué así y no por vía normal? Una viveza del gobierno, que no quiere que se le crea en condiciones de auspiciar alzas. Pero también una forma de acogerse a la naturaleza de los uniformados.
Estos gustan del salario, claro está, pero se complacen más con las rayas, y parece que en ese campo los desniveles y los retrasos eran irritantes.
Un poco de justicia al año no hace daño.
Diario Libre
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