Discordia entre compañeros de partido
La intervención del presidente fue exitosa
Diario Libre
El presidente medió en el conflicto que se originó con la ley fronteriza, y qué bueno que se encontró un punto medio.
El susodicho consenso.
La intervención del mandatario, vista por arribita, fue un éxito, un evidente logro político, pues en los trances importan las salidas, los avenimientos.
Sin embargo, el contexto dice otra cosa. Que debió prevenirse, intuirse y evitarse, teniendo en cuenta la lucha que se daba en la trastienda.
El amor y el interés se fueron a la frontera un día...
No puede perderse de vista que no solo diferencia entre senadores y diputados, o entre Senado y Cámara, sino discordia entre compañeros de partido.
Montesquieu estaría encantado con esa independencia de poderes y de seguro no le agradaría que se bajara línea. Pero nunca encabezó gobierno ni se aplicó a las ciencias ocultas de la gobernabilidad, en que cada situación es una emboscada y los juegos no se ganan en el último inning.
El extra inning tampoco aprovecha, debido a que no fue fácil el entendimiento. Aun con el presidente de por medio, ponerse de acuerdo necesitó de seis horas. Ninguna de las partes quería recular, conceder, perder.
El consenso tiene placa.
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