La guerra judicial de los partidos
Ojalá no se lleve los fueros jurisdiccionales
El presidente del TSE saca la Constitución o la ley que regula, como si fueran armas de reglamento, cuando le protestan su último fallo.
No entiende que más que problema, el caso es de situación. Incluso parecida a la que padece todo el que viva en territorio de guerra.
Víctima de las partes, no tiene escape, defensa ni protección.
Debe averiguar cómo se la bandeaban los campesinos colombianos entre ejército, guerrillas, narcotraficantes y paramilitares. Todos malos.
Lo suyo sin embargo será anecdótico y afrenta de momento. Acaso aprenda la lección, y si no, tampoco será cosa de morirse en la víspera.
Ahora bien, lo que debe preocupar, y preocupa, es el aspecto institucional. No pierde el PRD ni el Tribunal, pero – indudablemente – sí se afecta el orden establecido.
¿Quién viola el ámbito de competencia, el TSE o el Tribunal Constitucional? Se supone que cada cual tiene jurisdicción determinada y no debe salirse del tiesto sean cuales fueren los intereses en juego.
Una justicia ciega, es justicia loca, y no conviene que viva dando patadas de ahogado. Eso debiera saberlo Román, pero también Milton.
Que ni Guido ni Miguel dañen sus fueros.