Peligrosa desesperación por empleos
Los que llegaron tarde ya cobraron...
No se puede ver como correcto los escarceos que a nombre de las bases del PRM se hacen en relación a los empleos en el nuevo gobierno.
Afecta la política en sentido general y de manera específica al partido, su militancia y la administración. El problema no es impaciencia, sino ánimo de desesperación.
Esa disposición a la insurgencia, a la toma de ministerios, direcciones u oficinas crearía una situación de caos y obligaría a imponer orden.
El orden público sería más público, pues las dependencias oficiales deben ser cuidadas y protegidas de ataques, y el clientelismo no es excusa.
No obstante, hay razones que no pueden obviarse. Los compañeros salidos del tiesto están viendo con sus propios ojos y afectando sus intereses cómo gente llegada a la campaña un día antes de las elecciones ya está nombrada.
Y no solo nombrada, sino en puestos buenos, en los que se guisa, pues se sobra la manteca.
La ofensa y la provocación son claras. Los sociedad civil y tránsfugas merecen más que los fundadores y militantes del núcleo triunfante.
Además, ¿para qué repartieron formularios antes de tomar posesión? El embullo a las bases siempre sale caro.