La minería responsable
El fracaso de Falcondo no es para que nos dé alegría, más bien es una invitación a la autocrítica
Respaldamos la minería responsable, lo hemos dicho en el pasado y lo sostenemos hoy, en el marco de los problemas que enfrenta la empresa Falconbridge Dominicana (Falcondo), cuya operación se encuentra en jaque.
Es este un mal ejemplo de cuando una compañía se empeña en apostar su futuro a la explotación de una zona que es defendida por todo el país como uno de esos espacios que son más importantes en su estado natural, que como fuente de dinero. Ahí Falcondo se equivocó y debe ser una lección para otras empresas mineras.
Igualmente, es importante que entendamos que la minería representa una fuente de ingresos vitales y que las oposiciones deben estar justificadas y bien fundadas, exigiendo siempre garantías de una minería responsable y no intentos extremistas de detener proyectos que pueden conjugar los aspectos de desarrollo y mitigación tan necesarios en este tipo de actividad.
El fracaso de Falcondo no es para que nos dé alegría, más bien es una invitación a la autocrítica y a pensar cómo se pudo salvar esa actividad económica sin demoler la naturaleza.
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