¿A la basura?

La Junta Central Electoral ha decidido no utilizar los equipos para el voto electrónico adquiridos por esa entidad y que fueron utilizados en los comicios del 2016.

Esa decisión se veía venir y es legítima en virtud de que el organismo tiene facultades para tomar cuantas medidas sean necesarias para garantizar un torneo electoral sin traumas.

Sin embargo, en la forma en que se ha manejado el tema condena a nuestro país a pagar por unos equipos que por obra de la campaña de la Junta se han depreciado notablemente. A la luz de las quejas de la JCE, ¿a quién se le podrán vender los equipos ahora? ¿Quién querrá comprarlos?

Si aquella compra fue mala, lo ideal hubiese sido buscarles una salida a los equipos, incluso con los mismos vendedores. Pero, desacreditados como están por obra nuestra, vamos a tener que comernos los aparatos y la deuda.

Estamos seguros de que los equipos pueden ser útiles para otras tareas que no sean las electorales. Quizás el tiempo que hemos perdido, pudo haberse empleado mejor buscando dónde colocar los malhadados aparatos.

Diario Libre