Crisis inédita

--Filósofo Vitriólico, ¿qué piensa usted de la crisis creada por la pandemia?

Pienso que es demasiado compleja para dejarla en manos de los médicos, complicada para confiarla a los economistas y enrevesada para entregarla a la discreción de los políticos.

--Anjá, maestro, entonces ¿en manos de quién había que dejarla? ¿Del guardabosques de Pelempito?

Abimbaíto, esta es una crisis inédita. Lo apropiado es que la conduzca el sentido común.

-- Y ¿qué es eso?

Hacer las cosas según la lógica y la observación.

--Pero usted acaso no se ha enterado de que hay una pandemia con efectos graves sobre la sanidad, economía y el sistema político de las naciones.

Abimbaíto, lo que ha habido es una calamitosa sucesión de errores, causados por falta de sentido de proporcionalidad con respecto al manejo del virus. Y por escasez de criterio propio en los líderes políticos.

--De verdad, que no lo entiendo.

Los esfuerzos debieron dedicarse a imponer medidas de higiene y distanciamiento físico, así como a identificar y aislar a los contagiados y personas vulnerables con condiciones agravantes, por ejemplo, diabéticos, hipertensos, obesos, personas de edades muy avanzadas...

-- ¿Y el resto de la población?

Tendría que haber sido expuesta a condiciones ambientales atenuadas con el distanciamiento físico, para que progresivamente adquiriera inmunidad de rebaño. Esa es la manera como los humanos han sobrevivido a través de milenios, creando anticuerpos.

--Y, ¿usted cargaría con el coste de las muertes que hubieran ocurrido si se llevaran de lo que sugiere?

Lo que ha habido es una explosión de histeria. Estamos pasando de un problema limitado a lo sanitario a una crisis total, que afecta a la humanidad en todas sus vertientes.

-- Ahora si que me siento confundido.

Con la falsa solución del confinamiento generalizado, se ha puesto en juego la sobrevivencia de la humanidad. Es como si hubieran disparado decenas de bombas nucleares sobre centros poblados.

--Resuma el problema, a ver si acabo de entenderlo.

El liderazgo ha bloqueado la inmunización progresiva de la población no vulnerable, en vez de identificar y aislar a los contagiados. Ha cerrado la economía y provocado una pavorosa depresión económica mundial de consecuencias imprevisibles, pues la gente ni produce ni tiene empleo. Y ha dado pie a que sistemas políticos débiles sean atacados y distorsionados para beneficio de grupos. ¿Te parece poco, Abimbaíto?

--Y, en el caso dominicano, qué

Durante todo este tiempo hemos tenido al calor en favor nuestro. Es la razón de que la pandemia haya sido benigna. No había necesidad de confinamiento generalizado. Se ha provocado la ruina y llevado al Estado a la insolvencia.

--Filósofo, es fácil verlo ahora, pero al principio la histeria se apoderó del mundo. Todo era incertidumbre. Sea indulgente. Concédale eso a los especialistas sanitarios y a los que mandan.

Lo concedo. Pero la observación debió llevar a que se dieran cuenta de que aquí, en el trópico de Cáncer, el calor frena la agresividad de la pandemia. Por tanto, debieron cambiar de estrategia a tiempo y no mantener paralizado el país por dos meses.

-- Maestro Vitriólico, y ahora que el palo está dado ¿quién lo quita?

La rendición de cuentas es el vademécum del sistema político. A la población toca exigirla. La acusación genérica es la de haber mandado a la porra al sentido común y aprovechar la crisis para promover intereses políticos propios con dinero público.

--Filósofo, me preocupan las elecciones porque serán celebradas en un ambiente de ventaja para unos, encaramados en una montaña de subsidios entregados como si fuera dinero propio, y desventaja para otros.

Abimbaíto, los votos ya están vendidos. Contra eso habrá que luchar. Es tiempo de líderes. El ejemplo lo tenemos en Juan Bosch. En desigualdad de condiciones supo llegar a las masas, con paciencia y calidez humana, a través de discursos radiales, cortos, sencillos y directos, y explicarle la situación que afectaba al pueblo.

--Maestro, ¿quién garantiza la limpieza de las elecciones?

Lo garantizas tú, yendo a votar. Lo garantizamos todos si expresamos nuestra voluntad en las urnas. Por cierto, hay que felicitar a la JCE por su nueva campaña. Las elecciones son indispensables para asegurar el futuro de todos, siempre que sean equitativas y limpias.

-- ¿Escuchó el discurso del presidente?

Tardío. El daño ya está hecho. La emergencia nunca debió manejarse para acarrear sardinas a la propia mesa. A la lista de agravios ojalá no hubiera que agregar que las arcas públicas quedarán exhaustas, las reservas internacionales vacías y el cajón de deudas desbordado.

Eduardo García Michel

Eduardo García Michel, mocano. Economista. Laboró en el BNV, Banco Central, Relaciones Exteriores. Fue miembro titular de la Junta Monetaria y profesor de la UASD. Socio fundador de Ecocaribe y Fundación Siglo 21. Autor de varios libros. Articulista.