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Danilo y Leonel: un conflicto sistémico

Lo cierto es que la historia del liderazgo político en República Dominicana es las historias de grandes promesas e inmensas decepciones en medio de profundas rivalidades.

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 Danilo y Leonel: un conflicto sistémico

“No es lo que somos, es en qué nos convertimos”, así me dijo en una ocasión el rector (presidente) de la Universidad de Puerto Rico, mi buen amigo el Dr. Jorge Haddock.

Y es que muchos inician su “lucha política por un futuro mejor”. Nacen como políticos llenos de ideales, mientras van muriendo como personas. Y nos preguntamos ¿qué sucede que tantas buenas intenciones de hombres y mujeres que aspiran a hacer una diferencia en política, pero con el tiempo van perdiendo su empuje y brillo inspirador?

Es que el poder desprograma el cerebro, afirman los expertos en neurociencias.

Es que se revela la sombra en el individuo, expresan los discípulos de Carl Gustav Jung.

Es el contexto cultural y social que determina, terminan diciendo los sociólogos.

En fin, no es que tienen poder. Es que el poder y la ambición de poder los tiene a ellos.

Lo cierto es que la historia del liderazgo político en República Dominicana es las historias de grandes promesas e inmensas decepciones en medio de profundas rivalidades.

Estuve revisando un artículo publicado por el sociólogo y político Alejandro Abreu titulado “Rivalidades en la historia de la RD”, publicado en el periódico Hoy en junio del 2015 donde describe de manera muy precisa las múltiples rivalidades de hombres que ejercieron el poder político en nuestro país hasta la fecha.

“La primera división en un mismo grupo de poder se produjo entre el Presidente General Pedro Santana y el Presidente Coronel Buenaventura Báez, originalmente su aliado. Ambos de la élite socio económica de ganaderos y cortadores de maderas, que compartían una visión semejante de los intereses y de la necesidad de la protección de una potencia extranjera. Santana y Báez dominaron el escenario político, entre el 1844 y el 1877. Si bien miraban el presente desde distintas perspectivas, uno desde el mundo tradicional hatero y el otro desde el mundo empresarial moderno, la causa original de su rivalidad fue la ambición de poder”, afirma Abreu.

Es lo que se denomina en visión sistémica de la ciencia, la causa raíz. El autor citado sigue su exposición de parejas antagónicas y así vemos que:

La segunda división de importancia en un mismo grupo de poder se produjo después de la Guerra de Restauración, entre el Presidente General José María Cabral y Buenaventura Báez. Una tercera rivalidad fue la del Presidente General Ignacio María González y Buenaventura Báez.

La cuarta rivalidad originada en un mismo grupo de poder se produce entre el Presidente General Ulises Heureaux–Lilís- y el Presidente General Gregorio Luperón a mediados de la década del 1880.

La quinta rivalidad se produce entre el Presidente General Horacio Vázquez y el Presidente General Juan Isidro Jiménez –hijo del presidente y también General Manuel Jiménez. Ambos pretendieron representar la “regeneración’ democrática, nacionalista y civilista. Entre el 1916 y el 1924 el país fue intervenido por el ejército de los EEUU. Este acontecimiento fue precedido por la sexta rivalidad en el grupo en el poder entre el General Desiderio Arias y el presidente Jiménez.

La séptima rivalidad se dio entre el general y futuro presidente Rafael Leónidas Trujillo y el Presidente General Horacio Vásquez. Las rivalidades entre los presidentes civiles Joaquín Balaguer y el vicepresidente Augusto Lora.

La octava entre Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco, la novena; entre este último y Jacobo Majluta la décima (también involucró al exalcalde de Santo Domingo y líder nacional José Francisco Peña Gómez) entre Hipólito Mejía y el presidente del partido de gobierno Hatuey Decamps, la undécima; y entre Leonel Fernández y Danilo Medina la duodécima y última de la serie.

El móvil común o causa impulsiva de estos procesos, explica Abreu, donde se reproduce el conflicto de liderazgo en nuestra historia es la lucha de poder y la ambición desmedida, desarrollándose así lo que se denomina la “conflictualidad sistémica” en el liderazgo político de nuestra sociedad. En otras palabras, un circuito de retroalimentación negativa o circulo vicioso.

Empresas, clubes deportivos y culturales, familias enteras se han dividido por situaciones similares. Después de todo, el PLD nace directamente del PRD, este ultimo el partido que más partido ha parido a partir de sus divisiones.

El PLD nace negando al PRD. Y aquello que niegas, te somete. (Carl Gustav Jung.)

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Nelson Espinal Báez Associate MIT - Harvard Public Disputes Program at Harvard Law School. Presidente Cambridge International Consulting.