La inseguridad ciudadana
Hemos visto con mucha preocupación cómo se han incrementado los robos y asaltos en la ciudad de Santo Domingo y otras provincias importantes, y queremos señalar los siguientes aspectos a mejorar para incrementar la seguridad ciudadana.
1. La inseguridad ciudadana. Basado en mi experiencia policial de larga data, debo señalar que los robos y asaltos no han ocurrido siempre en los barrios marginales, sino en las arterias comerciales y sectores de clase media y alta.
Solución: en los barrios marginados y periféricos, normalmente el delincuente sale de día y duerme de madrugada. Hay que mantener operativos policiales planificados y supervisados. Se deben emplear herramientas de inteligencia para que ubiquen dónde reside cada delincuente, ya que en esos sectores todos los ciudadanos serios conocen el malhechor. A estos delincuentes hay que amedrentarlos y hacerse acompañar de ayudantes fiscales, para poder allanar las viviendas y así tener la base jurídica para someter los casos. Dichos operativos no deben desfallecer y hacerse a diario, durante meses, en diferentes barrios, para que el delincuente tenga temor y deje de delinquir.
Otras de las diferentes ejecutorias que podemos implementar consisten en puntos fijos, los cuales se tenían hace 15 o 20 años atrás y han desaparecido. Los puntos fijos consistían en una motocicleta con dos miembros de la Policía, con chaleco, escopeta y radio de comunicación. Los mismos, se ubicaban en avenidas e intersecciones sensitivas y cubrían un perímetro con poco radio de movimiento.
Cuando se suscitaba un atraco o asalto, desde esos puntos fijos se emprendía una persecución con las patrullas que se encontraban en el perímetro. Esto sería efectivo gracias a la implementación del 9-1-1. La idea sería utilizar 400 motocicletas en puntos fijos, específicamente “saltamontes”, con relevo de personal cada ocho horas.
2. Transformación institucional. Este es un proceso de 4 o 5 años. Primero, para alistar un aspirante a Policía, éste debe tener un perfil, ser bachiller y con un grado de educación promedio adecuado para tratar a la ciudadanía. Con un sueldo digno, se alistarían 2,000 hombres cada seis meses, en las escuelas de entrenamiento policial (Hatillo San Cristóbal, Manoguayabo, y Santiago de los Caballeros). En un año eso equivaldría a 4,000 graduandos.
Desde ese contexto, el personal alistado sustituiría a todos los policías antiguos de dichas áreas. Si se busca crear un impacto, esta es la oportunidad para cambiar la imagen con un uniforme policial diferente.
En ese proceso se buscaría una oficialidad de perfil correcto, revestida de seriedad y don de mando, para que oriente y sean los líderes de ese personal en las áreas asignadas a prestar servicios. Podemos ver, que al cabo de dos años, tendríamos 8,000 policías graduados y sin contaminar. A los 4 o 5 años, tendríamos entre 18,000 y 20,000 policías insertados en la geografía nacional, podríamos decir que sería una nueva Policía Nacional.
Para retirar ese personal que no está preparado ni adaptado en la nueva Policía Nacional, se aplicaría la Ley Orgánica de la institución, en los renglones de tiempo o edad biológica para pensión. Cuando tienen uno de los dos requisitos, aplica para retiro.
Hacer una reforma policial sin los recursos económicos o presupuestarios, sería un fracaso.
3. Control de la corrupción policial. En ese orden, sugerimos que la Dirección Central de Asuntos Internos de la Policía Nacional, sea elevada a Dirección General, y al mismo tiempo sea una dependencia directa del Presidente de la República. Con un director y sus subordinados con perfiles personales tales como, moralidad, honestidad, eficiencia, lealtad, preparación y experiencia, que ese personal sea previamente seleccionado por su hoja de servicio. Debe instalarse en ésta una oficina de fiscales. La misma debe tener autonomía presupuestaria y su director debe ostentar el rango de mayor general PN, para no tener ningún tipo de obstáculo. Ese paso sería un gran aporte a la transformación de esa institución que tanto necesita cambiar su imagen frente a la sociedad.
Siendo ésta una institución de servicios, en un país donde todos nos conocemos, es fácil saber de dónde venimos y a qué uno se dedicaba. Ese es un factor importante para descubrir si algo anormal ocurre. Con un bajo salario es poco probable poseer fincas, carros de lujos y hacer otras ostentaciones y poder justificarlas. Para corregir ese mal institucional, la Dirección Central de Asuntos Internos, en las 32 provincias del país debería hacer monitoreos aleatorios constantes, y de no poder someter a la justicia, se crearía una figura jurídica institucional donde no se violen los derechos fundamentales, originando un retiro voluntario o forzoso de la institución por no poder justificarse los bienes.
4. Cómo incrementar servicio policial: En la Reserva de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional hay aproximadamente 50,000 retirados, cuyo ingreso económico es pírrico. Sería un incentivo económico para esos pensionados insertarlos en instituciones públicas, como seguridad de las mismas o de funcionarios. Esto facilitaría enviar gradualmente a los cuarteles todos los militares o policías que estén desempeñando labores de seguridad en instituciones del Estado o con funcionarios.
Para causar impacto y se respeten las instrucciones, se necesitaría un decreto presidencial que evitaría el tráfico de influencias. Antes de enviar esos militares y policías que se encuentran en la instituciones públicas de regreso a su respectivas dotaciones, hay que hacer reajustes o aumentos de sueldos, ya que esos militares activos que están en las instituciones públicas, tienen un sobre sueldo. Ese personal que retornaría a los cuarteles, se utilizaría para implementar los puntos fijos en la ciudad.
5. Cómo utilizar al nuevo personal. Los miembros de las Fuerzas Armadas inspiran respeto. Utilizarlos en los puentes, arterias comerciales, estaciones de combustible, bancos y en los perímetros de las plazas, ayudaría a la Policía Nacional a despejar el orden público. El personal policial pasaría a prestar servicios a la Policía Preventiva y a la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet), porque podríamos catalogarla como policía preventiva, ya que éstos laboran en el tránsito de las calles, avenidas y están permanentemente en contacto con la ciudadanía.
6. Escala de sueldos:
En la institución policial después del año 1985, los sueldos dejaron de ser adecuados al sistema salarial del país, contando con ligeros aumentos y un sustancial incremento en el año de 1997, por lo que recomiendo un aumento de salarios atendiendo a nuestra realidad económica: Raso a 15,000 pesos; Cabo, 18,000 pesos; Sargento a 20,000 pesos; Sargento M. a 22,000 pesos; segundo teniente, a 24,000 pesos; 1er. teniente, a 28,000 pesos; Capitán, a 32,000 pesos; Mayor, a 36,000 pesos; Teniente Coronel, a 40,000 pesos; Coronel, a 50,000 Pesos; y General de Brigada a 100,000 pesos.
Esto no necesariamente debe salir del presupuesto, ya que en vista de que traería como consecuencia mejor servicio policial, naturalmente, se podría crear un impuesto a la seguridad, como se ha hecho para otros fines, como el que se hizo para el transporte.
Diario Libre
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