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Sobre propuestas de reactivación económica

En primer lugar, la pandemia nos ha enseñado que no se le puede combatir de manera individual o particular. Su abordaje y posible solución no depende de una persona ni de un grupo, sea este social, empresarial, político o de otra índole.

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Sobre propuestas de reactivación económica

En estos días se están formulando diversas propuestas para lograr una reapertura de las actividades productivas que están suspendidas por la cuarentena que trajo la pandemia.

La mayoría de las medidas que se están ventilando buscan un retorno a la normalidad de la vida económica que existía antes de la pandemia. No obstante, hay otras iniciativas orientadas por la necesidad de introducir cambios en los procesos productivos y comerciales para así lograr una mejor adaptación a la situación pos-pandémica que pudiera sobre- venir.

En ambos casos, sería aconsejable examinar algunos puntos básicos que podrían ser tomados en cuenta a la hora de formular propuestas para una reactivación económica.

En primer lugar, la pandemia nos ha enseñado que no se le puede combatir de manera individual o particular. Su abordaje y posible solución no depende de una persona ni de un grupo, sea este social, empresarial, político o de otra índole. En ese sentido, cuando se diseñen estrategias de reapertura habría que pensar en que se basen en la interdependencia que todos tenemos con todos. Una medida que solo traiga beneficio a un sector o a una parte de un sector está condenada a fracasar. Por consiguiente, hay que gestar y practicar una responsabilidad colectiva frente al futuro común.

Por otro lado, todos los reportes mundiales apuntan a que una de las causas fundamentales del surgimiento de la pandemia ha sido la agresión constante y creciente sobre la naturaleza, lo que implica la necesidad de buscar un relacionamiento amigable con el medio ambiente. Si no lo hacemos, puede sobrevenir otro nuevo virus, peor que el actual, y que los biólogos ya lo denominan como el Next Big One (NBO), “el próximo gran virus” que podría destruir el futuro de la vida en el planeta. Esta advertencia nos aconseja diseñar medidas de reactivación de procesos productivos y comerciales con prácticas efectivas que busquen armonizar la economía con la sociedad y el medio ambiente.

También es importante considerar, como bien ha expresado el rector de la Universidad Iberoamericana de México, que los efectos de la pandemia se han visto acrecentados por las desigualdades, la inoperancia de los sistemas de seguridad social, la ineficacia de los servicios de salud y educación, el incremento de los movimientos migratorios, la precariedad del empleo formal y la permanencia en la informalidad, subempleo o desempleo de una gran parte de la población económicamente activa en nuestros países. Esto significa que la pandemia está causando (y causará) más daño en los migrantes, en los trabajadores y en las clases populares. Por consiguiente, dentro del paquete de medidas de recuperación económica que se vaya a proponer no pueden faltar estrategias factibles que mejoren la calidad de vida de la población en general. Lo anterior dependerá mucho de cómo se diseñen y apliquen alternativas desde todos los sectores, incluyendo principalmente al aparato productivo, de manera que dichas alternativas garanticen mejores condiciones de salubridad, empleo y otras necesidades o derechos de las personas con miras a reducir las desigualdades existentes.

Un último punto básico a tener en cuenta (aunque quizás debió ser el primero), se refiere al tiempo para iniciar la reapertura del aparato productivo. La prisa, a pesar de las presiones económicas existentes, no es buena consejera. Se necesita seguir observando cuidadosamente el curso de la pandemia hasta que el factor de infección baje sostenidamente a una cifra negativa. Si esto no se toma en cuenta, como bien advierte Pavel Isa en su análisis de coyuntura, los problemas que causaría una apertura prematura pudieran ser mayores que las dificultades que vendrían por la continuidad del cierre de las actividades productivas.

En definitiva, este es un momento para que el sector empresarial y otros sectores sociales presenten propuestas creativas y colaborativas a ser implementadas oportunamente, más que el tradicional pliego de peticiones que deben de resolverse a corto plazo. Como dice una publicación reciente de la Conferencia de Provinciales en América Latina y el Caribe, “es cierto que hay que evitar que la economía se derrumbe... pero cuando sea posible la reapertura, hay también que implementar medidas para la supervivencia de las pequeñas y medianas empresas, la atención a las poblaciones informales, la agilización de la inversión pública y privada, así como el rescate de los grupos sociales excluidos”.

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