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El empleo post-COVID-19 en República Dominicana

El presidente Luis Abinader en su reciente entrevista con el diario El País de España, utilizó una cita del expresidente norteamericano Ronald Reagan, para resaltar la importancia que su Gobierno otorga a la generación de empleo en el país. “El mejor programa social es un empleo”, dijo Abinader citando a Reagan.

Aunque el sentido de esta expresión está sujeto al prisma político desde la que se interpreta, el objetivo de ella es igual en ambos casos: retomar la senda del crecimiento mediante la generación de empleos. La situación de Reagan y los Estados Unidos en 1980 era muy distinta al contexto económico y social de la actualidad, dominado por el miedo, la ira y la lucha de gobiernos y empresarios para gestionar la pandemia.

Aunque en República Dominicana el impacto sanitario de la pandemia ha sido limitado comparado con Europa o Estados Unidos, el impacto económico sí ha sido importante, como bien señaló Abinader en la mencionada entrevista, en la que resaltó un decrecimiento del PIB del 5% en el 2020. El principal responsable ha sido el turismo, que ha sufrido un efecto devastador afectando a millones de personas y miles de empresas.

Múltiples expertos han valorado el cambio en el futuro del trabajo a raíz de la pandemia, y muchos consideran que existen grandes beneficios tanto para trabajadores como empresas con la implementación del modelo de trabajo híbrido, en los que se divide el trabajo entre la casa y la oficina y que se espera sea una de las principales herencias de esta situación.

Pero esto no aplica para los trabajadores del sector turístico, ni a las zonas francas o a la construcción, al transporte, la logística o los servicios de salud. En estos sectores, la mano de obra presencial es imprescindible, y uno de los grandes beneficios de la situación actual, es la mayor valoración de estos trabajadores, usualmente mal remunerados y poco valorados por la sociedad.

Es claro que la recuperación del sector turístico, el principal empleador privado del país, con más de 500,000 empleos directos e indirectos, dependerá del regreso a la normalidad de Estados Unidos y Europa. La Organización Internacional del Turismo prevé que no regresaremos a niveles del 2019 por lo menos hasta finales del 2022.

Por igual, el sector industrial requiere de la creación de fábricas que necesitan tiempo y considerables inversiones, aunque la construcción de las mismas es en sí una fuente de empleos, la tecnología es usualmente importada.

El modelo keynesiano de inversiones en infraestructuras es una de las vías más rápidas para la creación de empleo y la reactivación económica. La alianza público-privada en la que trabaja el Gobierno y que facilitará la inversión privada en obras de infraestructura será sin dudas un gran empuje para la economía Dominicana.

¿Pero qué otros sectores podrían generar nuevos empleos que mitiguen el impacto de un sector turístico disminuído en la era Post-COVID?

Un nuevo factor a tomar en cuenta es el cambio en la forma de trabajar consecuencia de la pandemia y que ha llevado a más del 40% de la fuerza laboral mundial a tener que abandonar sus oficinas y trabajar desde casa.

El trabajo remoto ya tenía un amplio mercado en Internet, con múltiples plataformas creadas para intermediar la oferta y demanda de trabajos puntuales. El desarrollo de software y los trabajos creativos son las categorías de proyectos más demandados. Pero la pandemia ha multiplicado la oportunidad de poder trabajar de forma remota.

La India se destaca por la gran cantidad de pequeños equipos que ofrecen servicios de desarrollo de software, marketing digital, gestión de la optimización de buscadores, gestión de comunidades, creación de contenidos, gestión de datos y muchas otras disciplinas que no existían hasta hace unos pocos años.

El sector servicios es actualmente en número uno en número de empresas de Zona Franca en la República Dominicana, y el tercero en generación de empleos, con más de 28 mil plazas de empleo activas a final del 2019, según el Consejo Nacional de Zonas Francas.

No obstante, ha surgido a nivel mundial una categoría de trabajador remoto por destajo, el famoso freelancer, que realiza labores para múltiples empleadores a nivel internacional y que se mueve en un mundo digital ofreciendo sus servicios en múltiples aplicaciones de trabajos remotos como Fiverr o Workana y utilizando aplicaciones de fintech como Paypal o Pyoneer o incluso el propio Bitcoin, para poder recibir los pagos de sus diferentes clientes.

Venezuela es un gran ejemplo de este fenómeno, pues con la gran recesión económica, cientos de miles de personas han tenido que acudir a Internet en busca de un sustento.

Existen grandes retos para cualquier país que quiera desarrollar este mercado. En primer lugar está la capacitación del talento humano. Es imprescindible manejar el inglés de forma fluida por lo menos en la escritura y lectura de los textos, pero igualmente, es vital gestionar las herramientas del trabajo remoto. Para esto han surgido los denominados “bootcamps” modelos de formación intensiva que en 10 a 12 semanas te preparan para poder trabajar como programador o diseñador. Empresas como Wyncode.co en Estados Unidos, Ironhack.com en España y AcademiaHack.com en Venezuela, son exitosos ejemplos de estos modelos de formación express.

A nivel institucional, el principal reto es la regulación de la actividad de los autónomos, con el fin de cobrar los impuestos correspondientes y de poder ofrecer los beneficios sociales a este grupo de trabajadores y que no se conviertan en una carga para el sistema.

El Gobierno del Presidente Luis Abinader debería analizar cómo fomentar la creación de una nueva clase de trabajadores remotos que generen divisas y contribuyan a disminuir el desempleo y la presión social en el país. ¿Podría la República Dominicana convertirse en la India del Caribe? Fomentando la creación de escuelas de formación express, para el aprendizaje del inglés y de las habilidades y competencias tecnológicas necesarias para poder ser un trabajador remoto, es posible e incluso necesario.

Rafael Bonnelly Ricart es un emprendedor de origen dominicano, fundador y CEO de Buskeros.com, portal de empleos y desarrollo profesional.

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