Cuba cierra 2021 con tres vacunas propias y el 85% de su población inmunizada
El país caribeño vivió su peor rebrote de la pandemia en los meses de verano, cuando los nuevos positivos superaron los 9.000 casos al día
Cuba finaliza 2021 con tres vacunas propias y más del 85 % de su población inmunizada contra la covid-19, algo que, aunque no alcanzó a todos como pretendía el Gobierno, es un avance significativo tanto en términos absolutos como en comparación con el resto del mundo.
Su tasa de inmunización, la segunda mayor del mundo entre los países de más de un millón de habitantes, es vital para la isla y no sólo por motivos sanitarios. La senda de la recuperación económica pasa por la reactivación del turismo internacional, un sector sobre el que se ciernen ahora las dudas que proyecta la variante ómicron.
El país caribeño vivió su peor rebrote de la pandemia en los meses de verano, cuando los nuevos positivos superaron los 9.000 casos al día y las víctimas mortales rozaron el centenar diario.
A ello se sumó la falta de oxígeno en varios hospitales que estuvieron al borde del colapso sanitario en provincias -como la occidental Matanzas-, la escasez de medicinas y los servicios funerarios saturados.
La tasa de incidencia de la enfermedad estuvo entre las más elevadas de la región y llegó a alcanzar los 1.316 casos por cada 100.000 habitantes en 15 días, superior por ejemplo a la de Madrid en sus peores momentos de la pandemia.
La primera vacuna latinoamericana
La industria biofarmacéutica cubana, de reconocida trayectoria a nivel mundial, apostó a varias fórmulas propias para frenar los contagios, partiendo de los conocimientos previos de otras vacunas desarrolladas en el país.
Como resultado, la industria biofarmacéutica cubana presentó en pocos meses cinco candidatos vacunales aplicados en estudios de intervención, poblacionales, ensayos clínicos y otros para obtener resultados en tiempo récord.
El 9 de julio de 2021 los científicos cubanos presentaron las conclusiones de los estudios que validaban la fórmula "Abdala", desarrollada por el estatal Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (cigb).
Se trataba de la primera vacuna en Latinoamérica y lograba una eficacia del 92,2 % en los ensayos clínicos, según sus desarrolladores, una tasa que no ha sido contrastada por otros expertos u organismos internacionales.
Esta vacuna, que recibe su nombre de un poema del héroe cubano José Martí, tiene un esquema de administración intramuscular de tres dosis en 28 días.
Otras dos fórmulas
Un mes y 11 días después de anunciar al mundo los resultados de Abdala, Cuba sumó otras dos fórmulas propias: Soberana 02 y Soberana Plus, elaboradas por el también estatal Instituto Finlay de Vacunas (IFV).
Ambas fórmulas mostraron, según datos oficiales no contrastados por entidades independientes, una eficacia del 91,2 % al combinar dos dosis de Soberana 02 y una de refuerzo de Soberana Plus.
El director del IFV, Vicente Vérez, explicó cuando mostró los resultados del estudio que la eficacia en el esquema de tres dosis se determinó en presencia de la variante sudafricana Beta del SARS-CoV2.
Las tres vacunas recibieron luz verde de la entidad reguladora cubana, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), que es de referencia en la región y está precalificada en materia de vacunas por la OMS.
Sin embargo, ninguna de las tres vacunas ha sido homologada por la OMS, un sello que le otorgaría aceptación internacional como la que disfrutan las fórmulas de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen.
Cuba no integra el mecanismo Covax de la OMS para que las naciones de ingresos medios y bajos adquirieran vacunas y decidió no comprarlas en el mercado internacional.
De hecho, La Habana ha ido más allá y enviado partidas de sus fórmulas a sus principales socios políticos, como Venezuela, Nicaragua, Vietnam e Irán, en la versión cubana de la diplomacia de las vacunas que han ejercido a otra escala Rusia y China.
Refuerzo ante ómicron
El avance de la vacunación llevó a las autoridades a reabrir las fronteras noviembre, levantar la limitación de los vuelos internacionales, reanudar las clases presenciales en las escuelas y eliminar restricciones en el transporte público y la restauración.
Sin embargo, la aparición de ómicron, la nueva variante del virus y la última calificada como preocupante por la OMS, ha replanteado el regreso de las restricciones en varios países.
En el caso de Cuba, el Ministerio de Salud Pública (Minsap) confirmó el primer caso oficial de ómicron el 9 de diciembre y una semana después anunció cuatro nuevos infectados con esa variante.
Desde antes, el Minsap dispuso nuevas medidas como la cuarentena obligatoria durante una semana a los viajeros de varios países africanos, entre otras.
El grupo estatal de la industria biofarmacéutica de Cuba (BioCubaFarma) también aseguró estar dispuesto a modificar con rapidez sus vacunas contra el coronavirus para que sean eficaces ante ómicron.
El presidente de BioCubaFarma, Eduardo Martínez, declaró recientemente al diario oficial Granma que acelerarán la vacunación de refuerzo -que comenzó en noviembre- "para mantener protegida a la población contra esa enfermedad".
Las dosis de refuerzo se planteó desde el diseño inicial de las vacunas cubanas, y ahora las autoridades cubanas han decidido agilizarla "en el menor tiempo posible".