Verdades sobre los avispones gigantes asiáticos en Estados Unidos
EFE
José Luis Nieves Aldrey, entomólogo e investigador en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, dependiente del Consejo de Investigaciones Científicas (CSIC), explica a Efe que “en Norteamérica parece que solo ha habido dos pequeños avistamientos del llamado avispón asiático gigante (Vespa mandarinia), pero todavía no se ha podido demostrar que estén extendidos, por tanto, que estén asentados en la zona”.
“Solo cuando estas avispas tengan ya una cierta densidad de población pueden empezar a causar perjuicios para que se puedan señalar como especies invasoras y que puedan resultar una amenaza para la economía del lugar o para el medio ambiente”, señala Nieves Aldrey.
“Estas especies – continúa el entomólogo- tienden a ser invasoras, como es el caso de la avispa asiática (Vespa velutina) que se extendió muy rápidamente en Europa a través de Francia, formando grandes nidos en su dispersión en los que se desarrollan hasta 6.000 o 7.000 ejemplares.
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Depredadoras de abejas de miel
Según el entomólogo del CSIC , “los perjuicios que causan son tremendos como depredadoras de abejas de miel y pueden ocasionar bastantes daños a las colmenas cultivadas y, por otro lado, son un peligro de accidentes y picaduras a humanos”.
“Cuando estas especies son invasoras no tienen enemigos naturales sino sitios donde se expanden rápidamente y se incrementa su densidad. Entonces, la mejor manera de luchar contra ellas es la eliminación de sus nidos, pero no es fácil. En el caso de la avispa asiática, en Europa, se ha avanzado mucho en sus detección, mediante redes de seguimiento, incluso utilizadas por parte de aficionados que, en el momento que localizan un nido, avisan por teléfono a técnicos para que sea eliminado”.
El avispón localizado en Norteamérica es muy llamativo, dice Nieves Aldrey, “porque es más grande que la avispa asiática que hay en Europa, por eso se le denomina avispón gigante asiático”.
‘Avispón asesino’ para los japoneses
Su corpulento cuerpo llega a tener una longitud de 5 centímetros y una envergadura, es decir, con las alas abiertas, de 7,5 centímetros. En Japón se le conoce como avispón asesino y, en algunos casos, la causa de su picadura puede ser más grave que la de otros avispones.
Esa zona estadounidense posee un clima muy húmedo, similar al de las zonas donde tienen su origen estos insectos, es decir, Japón, extremo de Rusia, en Siberia, China, Taiwan y el norte del sureste asiático, zonas normalmente lluviosas con temperaturas templadas.
Según el investigador del CSIC, “no se sabe exactamente cómo han podido llegar a Norteamérica, pero lo normal es que lo hayan hecho a través de las hembras fundadoras, o sea, reinas fundadoras de nidos primarios, camufladas en madera cortada o en cajas de frutas, que ha sido trasportada de algún país asiático hasta allí y, de esa forma, se han extendido creando su propio nido”.
En el caso de la avispa asiática, que ya es una especie invasora en Europa, se ha dispersado muy rápidamente, a partir de un único evento de introducción en Francia y, a partir de ahí, se empezó a extender por el sur del país galo y por la cornisa cantábrica (norte de España), y de allí se propagó por otras zonas de clima favorable del norte de España, desde Cataluña a Galicia.
Expertos para observar el comportamiento del avispón
Nieves Andrey indica que “habrá que observar el comportamiento del avispón gigante asiático, y forestales y entomólogos tendrán que estar atentos para saber cómo evoluciona y si se llega a dispersar en Norteamérica. En ese caso habrá que ver si es capaz de traspasar la barrera orográfica de las Montañas Rocosas y las grandes llanuras, para llegar a otras zonas de Estados Unidos y Canadá”.
El investigador señala que “cuando estos avispones alcanzan una alta densidad de población inciden muy negativamente sobre el cultivo de las abejas de la miel, porque son ávidas depredadoras en una fase de su ciclo, cuando se dedican a capturar otras especies de insectos, particularmente abejas, para trocearlas y, alimentar a sus larvas en los avisperos”.
Nieves Aldrey subraya que “su expansión depende de cómo interactúen con el medio ambiente, porque en su hábitat nativo están controladas a través del equilibrio ecológico y tienen sus depredadores y parasitoides nativos, al mismo tiempo que ellos controlan la población de otros insectos y cumplen, así, un papel regulador de poblaciones de herbívoros en la naturaleza”.
“Sin embargo, lo que pasa con las especies invasoras es que, cuando llegan a otro hábitat y proliferan demasiado, pueden, de alguna manera, desequilibrar esos ecosistemas”.
En cuanto a su relación con el ser humano, “una de las consecuencias que pueden tener estas noticias que han magnificado la presencia de estos avispones en Norteamérica es que la gente cuando vaya al campo y vea un bicho similar trate de matarlo”.
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“Lo mejor es ignorarlos”
“Pero no es nada recomendable, porque una de las cosas que no toleran los avispones son los comportamientos que intentan molestarles. Lo mejor es ignorarlos, porque en el momento que ellos perciban que se les puedes atacar o se sientan amenazados es cuando se vuelven agresivos”.
Parece que era lo que le faltaban a las abejas, avispas y resto de los insectos que ya se encuentran en peligro de extinción debido a los insecticidas y herbicidas que se utilizan en el campo y que están ocasionando que cada vez haya poblaciones más bajas de estos animales.
“Hasta tal punto es llamativa la disminución de las poblaciones de insectos que entomólogos ingleses acuñaron el término del “silent summer” (verano silencioso), en el sentido que, debido a la disminución de sus poblaciones, ya no se escuchan como antes los sonidos familiares del verano de los cantos de grillos y cigarras”, concluye José Luis Nieves Aldrey .
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