El conflicto de Tigray se extiende a regiones etíopes limítrofes
Adís Abeba, 20 jul (EFE).- Las fuerzas rebeldes de Tigray están intensificando sus ataques a las zonas limítrofes de la vecina región etíope de Afar (noreste), lo que supone un grave riesgo de expansión del conflicto más allá de los confines del área tigriña, según informaron este martes a Efe fuentes del Gobierno regional de Afar.
Tras haber retomado el control de Mekele, la capital de Tigray, los combatientes tigriños -agrupados en las Fuerzas de Defensa de Tigray (FDT)- empujan para liberar los territorios ahora están controlados por fuerzas de la vecina región de Amhara (que históricamente reclama la posesión de parte de la zona tigriña).
En ese contexto, el Gobierno federal, a conjunto con los nueve gobiernos regionales de Etiopía, prepara una nueva gran ofensiva sobre las FDT para reforzar la posición amhara, pero las fuerzas tigriñas están moviendo sus posiciones hacia el este, donde está la región de Afar.
De acuerdo a Ibrahim Humed, jefe de la Oficina de Paz y Seguridad del gobierno regional de Afar, el pasado domingo las FDT lanzaron un ataque repentino sobre el distrito de Yalo.
'Asistidos por artillería pesada, las FDT abrieron un gran ataque contra la gente de Afar en Yalo e intentaron intensificar el ataque sobre más territorios de Afar', dijo hoy este funcionario, en conversación telefónica con Efe.
El intento de expansión hacia un territorio más amplio fue contenido, pero las fuerzas federales luchan para terminar con lo que queda de la invasión y, según Ibrahim Humed, no se descarta que haya nuevos ataques sobre otras partes de Afar.
Este lunes, el Gobierno etíope afirmó también que los ataques sobre Afar están interrumpiendo el transporte de ayuda humanitaria hacia Tigray, ya que esa zona es actualmente la única vía de acceso por tierra.
Precisamente este martes, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU confirmó a Efe que el domingo un convoy de nueve camiones y un vehículo ligero con suministros humanitarios fue atacado mientras se dirigía hacia Tigray, si bien la agencia de las Naciones Unidas no confirmó datos sobre los atacantes.
UN CONFLICTO SIN APARENTE FINAL CERCANO
La guerra en Tigray comenzó el pasado 4 de noviembre cuando el Gobierno central lanzó una ofensiva contra el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), que gobernaba la región hasta entonces, tras una escalada de las tensiones políticas y en represalia por el ataque contra una base militar federal.
El 28 de junio, Etiopía declaró un 'alto el fuego unilateral humanitario' pero, aunque el Ejército se retiró de varias ciudades (incluida Mekele), las fuerzas de la vecina región de Amhara han anexionado de facto el oeste de Tigray.
Según el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, las tropas federales se retiraron porque la capital de Tigray ya no tenía 'importancia militar', pero analistas y los propios rebeldes aseguran que el motivo fue la derrota frente a las fuerzas tigriñas, agrupadas en las Fuerzas de Defensa de Tigray (FDT).
Desde entonces, el conflicto se ha recrudecido con la escalada de los enfrentamientos contra la vecina Amhara.
El final de conflicto, por tanto, no parece probable a corto plazo, ya que tanto los amharas como las FDT expresaron su determinación de seguir combatiendo por el territorio.
Desde el inicio de la guerra, miles de personas han muerto, cerca de dos millones se han visto desplazadas internamente en la región y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales.
Asimismo, la ONU alertó a principios de julio de que ya hay unas 400.000 personas en condiciones de hambruna en Tigray y otros 1,8 millones al borde de ella. EFE
ya/ngp/mah