Bermuda: Un país de todo incluido
Bermuda. Acabo de regresar de un país donde toman en serio el todo-incluido. En Bermuda, una isla de 53 kms2 en el Atlántico, que se mercadea como Caribe, se da el concepto de comunidad incluida.
El ciudadano de Bermuda es primero. Con una población de 66,000 habitantes, Bermuda está entre las cuatro naciones con mayor per cápita en el mundo.
Durante la recién concluida 13va Conferencia de Turismo e Inversión del Caribe, el Primer Ministro Ewart Brown orgullosamente anunció la construcción del Grand Atlantic Hotel & Spa de 100 habitaciones y 125 casas para ciudadanos de ingresos medios como parte del complejo.
El ministro motivó que el modelo de desarrollo sostenible a aplicar en el nuevo hotel fuera replicado más en el Caribe.
Lo más impresionante en Bermuda es observar cómo vive la gente, descendientes de marineros ingleses, agricultores portugueses, cocolos y esclavos africanos.
La mayoría de los residentes vive en casas de concreto de uno o dos pisos pintadas de colores pastel, que perfectamente concilian con el paisaje natural. La casa promedio de tres habitaciones y dos baños tiene un valor de mercado de 1.3 millones de dólares.
En los 70s tomaron decisiones valientes con la sostenibilidad como norte. Sólo se permite tener un carro por hogar. La velocidad máxima fuera de la ciudad es 35 kms por hora. Se permiten las pasolas, pero son silenciosas. Autobuses públicos dan servicio hasta las 11:30 pm.
Así, el entorno es de una comunidad residencial cerrada pero de la isla completa. El ciudadano tiene orgullo en tener una jardinería preciosa que comparte con el transeúnte, pues no hay casi verjas y las que hay son bajas. Los taxistas enseñan las casas de los famosos en sus recorridos con los turistas. No hay ostentación.
Resalta que no hay rastro de basura. La basura se compacta y se convierte en piedras gigantes con la que retoman terreno. Eso se ve justo en frente del aeropuerto.
En Bermuda, el desempleo es casi inexistente, y viven principalmente de las finanzas. Muchas personas de edad trabajan en turismo, pues sectores tales como el seguro, la banca y la misma educación pagan mejor. Una maestra de pre-escolar recién egresada gana US$140,000 en su primer año de trabajo.
Nos cuentan que varios ciudadanos de Bermuda que han visitado la República Dominicana se han casado con dominicanas que ya viven en Bermuda. En un recorrido en el autobús público, conversé con una residente que me explicó que ella y su esposo compraron una segunda casa en Costa Rica, donde aprovechan para hacerse trabajos dentales, que son caros en Bermuda. El adinerado ciudadano de Bermuda pudiera ser un cliente para los servicios médicos y de segunda propiedad en la República Dominicana.
En este entorno de lujo, las bellísimas playas, algunas de arena con tinte de rosado, son públicas. Turistas millonarios y residentes locales disfrutan de ellas. Los hoteles están obligados a dejar un paso para los locales.
En Bermuda hace años tomaron la decisión de sostenibilidad de su pequeña isla y de atraer visitantes de alto poder adquisitivo. Hoy tienen una isla boutique que disfrutan locales, turistas y residentes extranjeros.
En la República Dominicana estamos a tiempo de hacer una Bermuda en varias de nuestras comunidades que tienen un entorno natural precioso. Pero falta la decisión de tener una visión de largo plazo, de no vender el hoy para luego lamentar no tener el mañana. Bermuda es un ejemplo de que el modelo de comunidad incluida sí es posible y una situación donde todos salen ganadores. Los dominicanos debiéramos visitar a Bermuda para conocer su experiencia de real turismo todo-incluido.
dolores@dr1.com
El ministro motivó que el modelo de desarrollo sostenible a aplicar en el nuevo hotel fuera replicado más en el Caribe.
Lo más impresionante en Bermuda es observar cómo vive la gente, descendientes de marineros ingleses, agricultores portugueses, cocolos y esclavos africanos.
La mayoría de los residentes vive en casas de concreto de uno o dos pisos pintadas de colores pastel, que perfectamente concilian con el paisaje natural. La casa promedio de tres habitaciones y dos baños tiene un valor de mercado de 1.3 millones de dólares.
En los 70s tomaron decisiones valientes con la sostenibilidad como norte. Sólo se permite tener un carro por hogar. La velocidad máxima fuera de la ciudad es 35 kms por hora. Se permiten las pasolas, pero son silenciosas. Autobuses públicos dan servicio hasta las 11:30 pm.
Así, el entorno es de una comunidad residencial cerrada pero de la isla completa. El ciudadano tiene orgullo en tener una jardinería preciosa que comparte con el transeúnte, pues no hay casi verjas y las que hay son bajas. Los taxistas enseñan las casas de los famosos en sus recorridos con los turistas. No hay ostentación.
Resalta que no hay rastro de basura. La basura se compacta y se convierte en piedras gigantes con la que retoman terreno. Eso se ve justo en frente del aeropuerto.
En Bermuda, el desempleo es casi inexistente, y viven principalmente de las finanzas. Muchas personas de edad trabajan en turismo, pues sectores tales como el seguro, la banca y la misma educación pagan mejor. Una maestra de pre-escolar recién egresada gana US$140,000 en su primer año de trabajo.
Nos cuentan que varios ciudadanos de Bermuda que han visitado la República Dominicana se han casado con dominicanas que ya viven en Bermuda. En un recorrido en el autobús público, conversé con una residente que me explicó que ella y su esposo compraron una segunda casa en Costa Rica, donde aprovechan para hacerse trabajos dentales, que son caros en Bermuda. El adinerado ciudadano de Bermuda pudiera ser un cliente para los servicios médicos y de segunda propiedad en la República Dominicana.
En este entorno de lujo, las bellísimas playas, algunas de arena con tinte de rosado, son públicas. Turistas millonarios y residentes locales disfrutan de ellas. Los hoteles están obligados a dejar un paso para los locales.
En Bermuda hace años tomaron la decisión de sostenibilidad de su pequeña isla y de atraer visitantes de alto poder adquisitivo. Hoy tienen una isla boutique que disfrutan locales, turistas y residentes extranjeros.
En la República Dominicana estamos a tiempo de hacer una Bermuda en varias de nuestras comunidades que tienen un entorno natural precioso. Pero falta la decisión de tener una visión de largo plazo, de no vender el hoy para luego lamentar no tener el mañana. Bermuda es un ejemplo de que el modelo de comunidad incluida sí es posible y una situación donde todos salen ganadores. Los dominicanos debiéramos visitar a Bermuda para conocer su experiencia de real turismo todo-incluido.
dolores@dr1.com
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