El teletrabajo: Un aliado contra el COVID-19 y los tapones en el Gran Santo Domingo

Desde el miércoles a las 5:00 de la mañana, la República Dominicana empezó la primera prueba de las cuatro fases en la que tiene que sacar buenas calificaciones para que cientos de empresas abran y miles de colaboradores vuelvan a sus puestos de trabajos en su máxima capacidad, un proceso que debe hacerse con el respeto de las medidas para que el COVID-19 no se salga de control y provoque un colapso de los sectores económico y sanitario.

Durante los 61 días de encierro, el Gobierno cerró las instituciones del Estado y empresas privadas, excepto las esenciales. El encogimiento laboral provocó que el número de vehículos en las vías se redujera considerablemente, y un trayecto, por ejemplo, desde la Plaza de la Bandera hasta el Puente Juan Carlos, Santo Domingo Este, que comprende 18.3 kilómetros, se recorriera en 30 minutos. En días normales de horas picos se puede demorar dos horas en atravesarlo.

El encendido del motor productivo nacional trajo consigo los kilométricos tapones en las principales avenidas del Distrito Nacional, donde en condiciones normales, entran cada mañana más de un millón de personas y 401 mil vehículos, según datos de la Alcaldía del Distrito Nacional. El Gran Santo Domingo y Santiago tienen el 53.8% de un parque vehicular de 4.6 millones vehículos al finalizar el 2018, según la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).

Una de las medidas que sugirió el Gobierno para evitar la expansión del virus fue el teletrabajo, el cual tuvo a la tecnología como aliada con el uso de App para videoconferencias y otras herramientas a distancia con que cuentan las empresas. El 45% de los empleados de los que no fueron suspendidos, siguieron sus funciones a través del trabajo remoto, según una encuesta de la firma estadounidense McKinsey & Company.

El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Juan Ariel Jiménez, hizo la recomendación del teletrabajo a las empresas para evitar contagios del COVID-19, aunque la economía empiece el proceso de apertura.

Afortunadamente, el país había empezado con la digitalización de los servicios gubernamentales a través del programa República Digital, el cual tiene 61 diligencias que pueden resolver desde la comodidad del hogar, como pagar certificado de buena conducta, las multas de tránsito, renovación de pasaportes, acciones que ayudan a evitar la pandemia.

Adecuar el entorno

Para que haya menos personas en las calles y así reducir los tapones, el Gobierno nacional y los municipales deben construir centros de servicios en las mismas zonas residenciales, como la construcción de unidades de atención primaria en sectores populares para que la gente no tenga que salir de su entorno, según indica el arquitecto Erick Dorrejo.

Considera, además, que se debe tomar medidas como eliminar el impuesto a las transferencias interbancarias para que las personas se eviten ir al banco. Igualmente, que las empresas sustituyan el cobro por cheques por transferencias bancarias.

Si se toman esas medidas, los más de 400 mil vehículos que entran al Distrito Nacional cada día se podrían reducir a la mita, según Dorrejo. “La gente viene al Distrito Nacional por trabajo y por servicios. Entonces, si tu genera puestos de trabajo en los sectores e instituciones para brindar servicios, la gente no tiene que ir al Distrito”, considera el urbanista.

Los que pueden laborar en pijama

El ingeniero en Sistema, Mite Nishio, expresa que las empresas que pueden adoptar el trabajo a distancia son las enfocadas en brindar servicios intangibles, como financieros, tecnología, desarrollo de software, creación de contenido, asesorías, consultorías. Las empresas unipersonales estuvieron activas durante el confinamiento y resolvían a través de WhatsApp y las redes sociales, según sostiene.

Entiende que el país tiene las condiciones dadas para impulsar el teletrabajo, puesto que durante el confinamiento las quejas fueron pocas en el uso de las redes, pese a que ha visto mucho consumo del ancho de banda con los videos y los streaming.

A nivel de las infraestructuras de las redes, el país ya estaba preparado, puesto que tiene 8.0 millones de cuentas de internet y 6.5 millones de personas usan redes sociales, y más que las empresas telefónicas se están preparando para el 5G con la mejoría del ancho de banda, dice Nishio.

Con la pandemia surgió otro campo laboral, que es el especialista en webinarario o la persona encargada de organizar todas las conferencias digitales de la empresa. “¿Especialista en viodeconferencia? ¿A quién se le iba a ocurrir eso?” se preguntó Nishio.