Dorian mantiene su fuerza hacia Puerto Rico y República Dominicana

La tormenta tropical Dorian prosigue en su trayectoria hacia el oeste, lo que la situaría la próxima semana como huracán en el Caribe, mientras mantiene la fuerza de sus vientos en 40 millas por hora (65 km/h), informó este domingo el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.

En su boletín de las 08:00 hora local (12.00 GMT), el NHC indica que la tormenta se desplaza a cerca de 13 millas por hora (20 km/h) hacia el oeste, movimiento que prevén mantenga a lo largo de este día.

Para el lunes y martes, apuntan a un viraje hacia el oeste-noroeste, lo que la pondría en trayectoria para impactar con Puerto Rico y República Dominicana cerca del jueves próximo.

Aunque el sábado los expertos del NHC, con sede en Miami, indicaron que podría llegar con vientos con fuerza de ciclón -de 74 millas por hora o más (120 km/h)-, en su último boletín prevén que Dorian se convierta en huracán el miércoles, pero se degrade a tormenta tropical antes de afectar a Puerto Rico y La Española.

Entérese también Meteorología da “seguimiento estricto” a tormenta Dorian, que es amenaza para RD

Los vientos con fuerza de tormenta tropical, es decir con vientos superiores a 39 millas por hora o más (63 km/h), se extienden actualmente hasta 25 millas (35 km) desde el centro de Dorian, lo que ha obligado a emitir una vigilancia de paso del ciclón en 48 horas en Barbados.

Mientras prosigue su rumbo oeste se espera que Dorian produzca intensas lluvias en parte de las islas que forman las Antillas Menores, que sufrirán también un peligroso oleaje.

El otro fenómeno meteorológico que preocupa en el NHC está situado frente a la costa sureste de EE.UU., que tiene un 80 % de posibilidades de convertirse en los próximos días en una nueva depresión tropical mientras se desplaza a lo largo del litoral de los estados del este y noroeste del país.

En lo que va de temporada de huracanes, que comenzó en junio pasado, se han registrado tres tormentas tropicales, Chantal, Andrea y Barry, que se convirtió en huracán en julio poco antes de tocar tierra en Luisiana (EE.UU.), donde dejó cuantiosas pérdidas materiales, pero ninguna víctima mortal directa.