Madres narran sus experiencias con clases virtuales

El acceso al internet y la concentración de los niños son parte de los retos que enfrentan Colegios privados mantienen pago mensual continuo a pesar de las eventualidades

Para algunos padres la modalidad virtual no es 100% efectiva.

La suspensión de docencia presencial en el país, debido a las medidas de aislamiento impuestas por el Gobierno para evitar la propagación del COVID-19, representa un cambio en el sistema educativo que se vio en la necesidad de ofrecer clases de forma virtual.

Los niños y adolescente cambian su rutina para adaptarse a la nueva modalidad, pero ¿cómo se sienten los padres con el resultado de este proceso educativo?

Para Rosa Batista, residente del sector San Isidro en Santo Domingo Este, el proceso educativo implementado por las autoridades le resulta “pésimo y mal organizado”.

“En mi caso soy madre de tres niñas de nivel inicial y a diario tenemos mucha dificultad con el acceso a internet, el cual es lento y constantemente se pierde la conexión”, explica Batista.

Sus hijas están inscriptas en un colegio privado e indica que el pago de las mensualidad en el transcurso de esta cuarentena se mantiene igual que en tiempos normales.

“No estoy de acuerdo con eso, ya que el colegio no cumple con todo lo establecido”, critica.

Sin embargo, Moreno indica que para acceder a clases virtuales se necesita acceso a la internet, lo que genera un costo gasto adicional que se suma a su economía.

“No siempre hay dinero para Internet y eso el Ministerio de Educación no lo toma en cuenta. Los maestros mandan sus tareas sin preocuparse si los niños tienen la forma de hacerlo”, critica.

Mientras, que para Lily Arcángel, residente de San Cruz de Villa Mella, lo que resulta difícil para su niña, que cursa el segundo grado de primaria, es el tema de la concentración a través de los aparatos electrónicos.

Efectividad

Entiende que la modalidad virtual no es 100% efectiva, ya que no todos los padres disponen de las herramientas para hacer las clases con los niños, sumado al problema de alfabetización de los adultos mayores.

“A veces al enviar las fotos la maestra presenta dificultad, se ven borrosas y se apoya en su hija porque ella (la profesora) no está familiarizada con la tecnología”, explica Arcángel.

Señala que el pago se ha mantenido igual que fuera de los días de cuarentena, pero los profesores envían mucho material a los grupos.

“Aunque nada es igual que en el aula, los padres no tenemos en casa todo lo necesario para darle seguimiento”, indica.

Chabelly Suero, moradora del sector Villas Agrícolas en el Distrito Nacional, explica que el colegio donde su hija cursa el tercer grado de primaria, los profesores no elaboraron una planificación de trabajo y comenzaron a enviar las asignaciones a mediados de abril.

“Yo le he dado más clases a mi hija que las que los profesores envían a través de WhatsApp. Si ese es mi caso, que solo tengo una niña, mi imagino la dificultad con los que tienen más de uno y están en escuelas públicas”, afirma.

Suero indica que la maestra solo envía asignaciones de las materias Lengua a Española y Matemática, olvidando las demás.

“En mi caso no les pagare el mes de marzo porque ellos no se preocuparon por mandar clase como hasta mediados de abril”, asevera.

Oriunda de Puerto Plata y egresada Cum laude de la UASD, en la Carrera de Comunicación Social , mención Periodismo. Ganadora del Premio Periodístico en Microfinanzas de Centroamérica y el Caribe.