Educar en valores: un reto para los padres de hoy
Al momento de educar en valores los niños deben aprender a diferenciar lo bueno de lo malo y sus padres ayudarlos a desarrollar una conciencia moral
SANTO DOMINGO. La familia es la primera escuela desde la concepción del ser humano. Es ahí donde los padres tienen que transmitir a los hijos, a través del amor, el respeto y la honestidad, los valores que los conforman y que sean capaz de convivir en una sociedad.
Para la doctora en educación Margarita Heinsen, educar en valores implica sembrar un principio claro sobre los cuales las acciones se van a fundamentar. “Valor viene de aquello que se considera importante y que trae un bien común, es una elección, una prioridad en la conducta del individuo”, explica.
Según Heinsen los valores son orientaciones, un valor guía y orienta para tomar las mejores decisiones, las decisiones que velen por el bien. “Es importante decirle a ese niño que sus decisiones y compartimiento tiene un impacto en su futuro”.
“Entonces, cuando vamos formado o educando en valores tenemos que tener pendiente que estamos formando con una claridad de que lo que está bien tiene consecuencia positiva y lo que está mal tiene un impacto negativo”, explica la asesora.
Los padres perfectos:
Para la educadora, los padres perfectos no existen. “Hay una presión muy grande en nuestra sociedad por ser padres perfectos y queremos hacer de todo, sin embargo, nos concentramos en aspectos superficiales. Es significativo dar seguimiento a ese comportamiento, conducta, principios, valores... sin olvidar que los primeros que tenemos que definir esos principios y valores son los padres, para moldear y enseñar a ese hijo”, señala.
Recomendaciones para criar moralmente bien:
Lo primero es la firmeza y luego la constancia. En la medida que ese niño crezca con unos valores claros no importa después que decisiones tome, esas disecciones lo acompañarán, le dará seguridad y le ayudará en su autoestima. Cuando hay valores firmes todo se fortalece.
Amor incondicional y relaciones positivas. Yo tengo que estar ahí con mis hijos desde pequeñito. Estar para ese hijo, que, aunque yo trabaje él sepa que es importante y que es mi prioridad, que él sienta que cuando me necesita yo estoy. Esa sensación acompaña al ser humano toda la vida y se traduce en seguridad y confianza.
Establecer límites claros. Hay consecuencias para las acciones, cuando hablamos de educar en valores es importantes que nuestros hijos experimenten las consecuencias que tienen las decisiones, que los ayudemos a actuar a partir de la decisión que tomó o de lo que hizo. Llevarlos hasta las últimas consecuencias, llegar a la acción, no quedarnos en el sermón.
Otra recomendación es preguntar, importantísimo, sobre todo, con los jóvenes. Hacerles preguntas, llevarlos a la reflexión y establecer el arte de conversar, hacerles saber que su opinión o análisis sobre la situación nos importa. Sembrar en ellos sus propios conceptos y criterios. En la medida que ellos sean críticos podrán tomar mejores decisiones.