Entre el diseño y la pared

SANTO DOMINGO. Durante los últimos años, los papeles tapiz se han constituido en acentos de colores y texturas que enriquecen nuestros espacios y que, junto a los objetos y mobiliarios adecuados, le ofrecen un toque de diseño y buen gusto a cualquiera de los ambientes de nuestro hogar u oficina.

Es imposible escribir sobre el papel tapiz sin hacer referencias históricas de los famosos papeles tapiz de oro y cuero que decoraban las casas de la aristocracia europea durante el Barroco, y de los hermosos e inolvidables diseños de William Morris, quien es considerado como uno de los diseñadores más influyentes del siglo XIX.

De hecho, si enfocásemos esta nota en Morris podríamos obtener cientos y cientos de folios, pero preferimos mencionar la influencia que ha tenido su obra dentro de una tradición inglesa extendida alrededor del mundo.

Al pasar de los años...

Las reseñas van desde los lujosos papeles tapiz del Barroco, pasando por aquellos en seda de cantón -una tradición aprendida posteriormente por los franceses en el diseño y uso de los espacios interiores-, hasta las décadas de los 60 y 70, donde primaban los diseños estridentes de formas geométricas.

Históricamente también se pusieron de manifiesto: el estilo Biedermeier, que hace referencia a lo figurativo a través del ornamento que se desarrolló durante la Restauración del imperio austriaco. Este estilo imperó en toda Europa, marcado por la simplicidad y elegancia, e inspirado en la naturaleza, con dibujos en finas líneas de colores y con detalles que lograron obras maestras que más adelante generaron las formas del Art Nouveau); y por las tendencias del Modernismo, hasta terminar en lo que actualmente conocemos como papeles tapiz de diseño.