Al español 'Vicente Ferrer' de india llegan llegan 200 casos de covid al día
Moncho Torres
Nueva Delhi, 11 may (EFE).- El sistema sanitario en la India ha colapsado y los centros son incapaces de atender el 'tsunami' de nuevos pacientes de coronavirus que piden ingresar, como ocurre en el hospital de la española Fundación Vicente Ferrer (FVF), que solo puede aceptar a unos pocos de los 200 que llegan a diario.
El Hospital de Bathalapalli de la FVF, en el estado meridional de Andhra Pradesh, fue uno de los centros escogidos por el Gobierno regional para tratar a los pacientes con covid-19 en un país que ha visto cómo en semanas se convertía en el epicentro de la pandemia, con más de 400.000 infecciones y 4.000 muertes diarias.
El médico español Gerardo Álvarez-Uría, director del departamento para el tratamiento de enfermedades infecciosas del hospital, tiene ahora un fino hilo de voz y está agotado. Esta entrevista con Efe se tuvo que ir retrasando durante la jornada para encontrar un hueco en un hospital que, como los del resto del país, está desbordado.
PREGUNTA: ¿Cuál es en estos momentos la presión en el hospital?
RESPUESTA: Por hacer una comparación, en la primera ola tardamos unos tres meses en llenar el hospital y nunca estuvimos sin camas para dar oxígeno. Y sin embargo, esta vez, parece incluso otra enfermedad. Se ha llenado el hospital en tres semanas con pacientes mucho más graves, con una necesidad de oxígeno enorme y la UCI está llena. Y sobre todo vemos muchos pacientes jóvenes.
P: De tres meses, a tres semanas en llenar el hospital...
R: Y hemos aumentado el número de camas con oxígeno disponible. Hemos puesto muchas más tomas en las paredes. De hecho, hemos abierto una nueva sala para poner más pacientes con oxígeno. Estamos utilizando incluso los pasillos. La demanda de pacientes que quieren ingresar es enorme. Vienen al día casi 200 diagnosticados con coronavirus y solo podemos atender a una pequeña parte. Desde mediados de abril hasta ahora estamos aumentando continuamente más camas que no paran de llenarse; cada vez llegan más pacientes a urgencias, y muy graves.
P: ¿Cuántos pacientes hay en estos momentos ingresados?
R: Ahora tenemos unos 240 ingresados con coronavirus.
P: ¿Han llegado al punto, como otros hospitales, que se han quedado sin oxígeno?
R: No, no hemos llegado, pero lo que nos pasa es lo que está pasando en el país. Tenemos un hospital de 180 camas, 200 camas en general, de las cuales había un 30 % con oxígeno disponible. Ahora hemos tenido que aumentar las camas a 240 y casi todas con oxígeno. La botella que antes tardaba tres semanas en rellenarse, ahora se gasta en un día. La empresa tiene que venir a rellenarla. Si no, nos quedamos sin oxígeno. Puede pasar cualquier día si se retrasa el camión.
La empresa distribuye oxígeno a 900 hospitales; tiene una demanda tal que es posible que algún día no llegue, o llegue tarde. Estamos buscando fondos para comprar un generador de oxígeno, lo que nos ayudaría muchísimo. Solo anoche, en otro hospital de Andhra Pradesh, once pacientes murieron por el retraso de un camión cisterna con oxígeno.
P: Ante esta presión, se han visto escenas de familias desesperadas que acaban golpeando incluso a médicos, que no tienen ninguna culpa. ¿Han vivido esos momentos de tensión en el hospital?
R: Sí, están pasando. Es una enfermedad que no deja contento a nadie. Hay mucha tensión entre los médicos. Ayer mismo había un médico llorando en el hospital. La moral está muy baja por la cantidad de pacientes que vemos y porque los pacientes son muy jóvenes. Es muy duro.
P: Como dice, 'parece una enfermedad nueva'. ¿A qué se debe esto? ¿Alguna teoría? ¿La llamada variante india?
R: De momento yo no he visto ninguna evidencia científica de que la variante sea más contagiosa o virulenta, que produzca más enfermedad. Pero la impresión clínica es que sí es más agresiva. En gente joven vemos que tras cinco días de síntomas ya hay fallo respiratorio. Eso no lo recuerdo en la primera ola.
Hay otro factor. En la primera ola se hacían muchas pruebas y la gente se diagnosticaba antes, con más tiempo para tratar la enfermedad. Y sin embargo ahora no se hacen tantas pruebas, lo que hace que el diagnóstico sea también más tardío y que los pacientes lleguen ya en una situación mucho más grave.
P: ¿Usted cómo ve la salida a esta ola?
R: La ola en sí tendrá también un fin, cuando ya no quede gente por infectar. Lo que pasa es que si eso ocurre, va a ser, está ocurriendo, un desastre humanitario.
A corto plazo, la única forma de parar esta transmisión tan rápida sería hacer un confinamiento. Lo que pasa es que ya vimos que trae unas consecuencias económicas y personales muy importantes. Luego, la otra opción es aumentar las vacunaciones, pero yo no estoy viendo que esto se produzca.
Lo que más miedo me da es juntar la vacunación con este tsunami. Entonces el virus puede llegar a mutar de manera que se haga resistente al efecto de la vacuna y produzca enfermedades graves incluso en gente que esté vacunada. Eso sería un desastre porque nos dejaría sin la mejor arma para combatir este virus. EFE
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