Buscadores de favores, se alojan en propiedades de Trump

Trump International Hotel Washington, D.C.

WASHINGTON. Prestamistas consiguieron que las autoridades cambiasen las reglas para aprobar los créditos. Fabricantes de cigarrillos electrónicos lograron demorar los controles de muchos de sus productos. Firmas de caramelos elogiaron la decisión de dejar sin efecto nuevas normas para las etiquetas. Algunas aseguradoras declararon “victoria” por unos cambios en la reforma fiscal que las beneficiaron.

¿Qué tienen en común estos sectores? Todos programaron encuentros, retiros y conferencias en hoteles y campos de golf propiedad del presidente Donald Trump.

Si bien es imposible relacionar directamente esas acciones con medidas que los beneficiaron, una cosa está clara: Nunca antes en la historia de Estados Unidos los sectores con intereses específicos han tenido la oportunidad de organizar eventos en una propiedad del presidente, pagando por espacios para conferencias, habitaciones y comida con dinero que, en última instancia, va a parar a los bolsillos del mandatario.

Un análisis de la Associated Press de los grupos de presión que visitaron propiedades de Trump en su primer año de gobierno indicó que en varios casos se generó la sensación de que se pagó para recibir favores. Expertos en cabildeo dicen que en tanto y cuanto el presidente no se deshaga de esos negocios y pueda beneficiarse con estos eventos, los grupos de interés tratarán de aprovecharse de ello.

“Lo que cuenta es que te escuchen y, la verdad, si pones dinero en los bolsillos de la familia, es una buena manera de hacerse oír. Y es legal”, expresó Bob Schneider, ex cabildero que trabajó en Washington 25 años.

“Si yo estuviera trabajando todavía como cabildero, trataría de organizar todos mis eventos en el Trump Hotel”, aseguró Schneider, “porque no puedo imaginarme que alguien piense que Donald Trump Jr. no le cuente a su padre lo que está pasando” con los negocios de la familia.

Las golosinas

El grupo de presión que representa a firmas de golosinas como Mars y Hershey’s realizó dos eventos en propiedades de Trump en los dos últimos años, uno en el Doral de Miami en marzo del 2017 y otro en el Trump International Hotel de Washington en el 2016.

El sector parece haber sido escuchado por el gobierno.

En septiembre, el comisionado de la FDA Scott Gottlieb propuso demorar la entrada en vigor de medidas aprobadas bajo el gobierno de Barack Obama que fijaban nuevas normas para las etiquetas de los productos.

Christopher Gindlesperger, vocero de la Asociación Nacional de Confiteros, afirmó que el encuentro de Miami fue programado en el 2014, un año antes de que Trump se postulase a la presidencia, y el de Washington en el 2015.

Aseguradoras

Una agrupación de aseguradores de títulos inmobiliarios gastó más de medio millón de dólares por año a lo largo de la última década haciendo cabildeo en el Congreso y la Casa Blanca, pero nunca tuvo la oportunidad de organizar un evento en una propiedad del presidente de Estados Unidos.

En octubre, la Asociación Nacional de Títulos de Tierras montó su conferencia anual de tres días en el Trump National Doral de Miami. Pagó 279 dólares la noche por cada habitación.

Dos meses después, la asociación proclamó una “importante victoria” en su blog. Las aseguradoras venden más pólizas cuando la gente compre y vende más. Las primeras versiones de la reciente reforma fiscal hubiera perjudicado sus intereses al obligar a los vendedores a conservar sus casas más tiempo para no pagar intereses sobre las ganancias.

La versión final de la reforma, no obstante, no contiene esas cláusulas. Y Trump dijo el mes pasado que analizará la posibilidad de reducir las restricciones a los préstamos, otro tema prioritario para el sector.

No fue posible conseguir comentarios de la Asociación para este artículo.

Visita presidencial

Al menos una vez el propio Trump se apareció durante una función empresarial en su club de Mar-a-Lago.

Fue en diciembre, durante una fiesta navideña organizada por Oxbow Carbon LLC, firma energética de la Florida propiedad de William Koch, viejo socio de Mar-a-Lago y hermano de Charles y David Koch, dos multimillonarios que promueven causas conservadoras.

El principal producto de Oxbow, un combustible, podía ser afectado por la decisión del gobierno de relajar las regulaciones sobre la contaminación del agua y del aire.

El portavoz de Oxbow Brad Goldstein afirmó que durante la visita de Trump no se habló del tema y que Koch organiza eventos en la propiedad de Trump desde hace mucho tiempo.

“Fue un evento para premiar a empleados de Oxbow. El presidente hizo una visita, como ha hecho en el pasado”, manifestó Goldstein. “No tuvo nada que ver con políticas públicas”.