Cuando una 'avalancha' hace saltar los protocolos de atención a inmigrantes

Madrid, 19 may (EFE).- La llegada masiva de inmigrantes a la ciudad norteafricana española de Ceuta desde el lunes ha hecho saltar por los aires el protocolo de asistencia humanitaria que organizaciones como Cruz Roja tiene en la zona y ha obligado a priorizar la atención en los menores y quienes tienen problemas de salud.

Han llegado más de 8.000 personas desde Marruecos, principalmente a nado, y la situación es 'completamente extraordinaria', según el director de Emergencias de Cruz Roja, Íñigo Vila.

Explicó a Efe que, si bien la mayoría de ellos estaba en buen estado de salud, también se han detectado casos de hipotermia, deshidratación y agotamiento extremo.

El protocolo habitual consiste en un triaje sanitario que se basa en la toma de temperatura, auscultación y un cuestionario básico de salud, así como la entrega de un paquete de vestimenta, higiene, comida y bebida, antes de ser registrados por la Policía.

Sin embargo, la 'avalancha de gente corriendo por la playa' en Ceuta ha hecho imposible cumplir con este protocolo.

'No podemos perseguir a nadie para tomarle la temperatura', precisa Vila, así que los efectivos de la Cruz Roja se tuvieron que centrar únicamente en aquellas personas que presentaban problemas de salud, principalmente hipotermias, en quienes no podían caminar y en los menores.

Cruz Roja tiene un dispositivo de 150 personas en Ceuta, y lo habitual es que atienda a 20-50 personas al día, pero Vila estima que se puede reforzar con personal procedente el territorio peninsular español, gracias al importante volumen de voluntarios con el que cuenta.

En condiciones normales, el personal de Cruz Roja tiene un registro de las personas migrantes que atiende (edad, sexo e incluso país de origen), pero estos días la prioridad era la asistencia sociosanitaria y no el registro.

Todos los equipos parten del objetivo de dar una buena acogida, cuenta Vila, que subraya que la humanidad es uno de los principios básicos de esta institución.

Las imágenes de una trabajadora de Cruz Roja abrazando a un joven completamente abatido al llegar a Ceuta son buen ejemplo de ello. 'Procuramos dar calor humano a la gente que huye de sus países y que está desesperada', comenta.

'Llegan confundidos después de muchos días en el mar (los que llegan a España en embarcaciones precarias), en condiciones muy difíciles y nosotros les procuramos aliento, aunque es muy complicado porque el tiempo es limitado', reconoce.

El director de Emergencias de Cruz Roja advierte de que lo vivido esta semana en Ceuta, aún siendo extraordinario, no es nuevo y recuerda lo vivido hace unas semanas en el muelle de Arguineguín, en la isla de Gran Canaria, tras la llegada de masiva de inmigrantes por mar.

El archipiélago atlántico español de Canarias sufre una fuerte presión migratoria debido a la crisis económica y sanitaria de la coivid-19. El año pasado llegaron 23.000 personas desde el continente africano en embarcaciones precarias.

'La migración existe y es complicada. Es un fenómeno que lleva muchos años y hay que trabajar a muchos niveles, no sólo en la acogida, sino en los países de origen y tránsito. Si no remamos todos juntos, es imposible', advierte Vila. EFE

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