El nuevo Nobel de Química servirá para cosas que hoy suenan a ciencia ficción

ESTOCOLMO (Suecia). El ganador del Premio Nobel de Química Bernard L Feringa pronuncia una conferencia en el Aula Magna de la Universidad de Estocolmo (hoy, 8 de diciembre de 2016. (EFE)

ESTOCOLMO. Los premiados este año con el Nobel de Química han llevado esta ciencia a una nueva dimensión al crear máquinas moleculares de tamaño nanométrico, cuyas futuras aplicaciones parecen hoy, según dos de los laureados, propias de la ciencia ficción.

El francés Jean-Pierre Sauvage, el británico residente en Estados Unidos James Fraser Stoddart y el holandés Bernard Feringa son tres pioneros de la nanotecnología que han logrado desencadenar y controlar el movimiento de las moléculas, “algo totalmente nuevo y desconocido”, explicó el primero a Efe.

Para hacerse una idea de las dimensiones en que se manejan estos expertos, un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro, tamaño al que ya han creado coches, ascensores y músculos moleculares.

Las aplicaciones actuales de esta técnica, que aún está en sus albores, “son muy limitadas”, reconoce Sauvage, pero con su desarrollo y los años aumentarán y, “desde luego, podemos soñar, porque hay una parte de suena a ciencia ficción”.

Ese es el mismo término usado por Feringa al hablar de las cosas que se podrán hacer en un “futuro lejano” con máquinas moleculares y es que no hay que olvidar que el primer motor del siglo XIX “poco se parece al que llevas ahora en tu coche”, dijo a Efe en una entrevista.

“Ahora hemos aprendido, de una manera muy primitiva, a mover las moléculas, a hacerlas rotar y esa es -asegura- la primera piedra para todo tipo de materiales y funciones, para crear cosas que puedan adaptarse, moverse, responder a una señal luminosa y cambiar”.

Los dos nobel construyen una lista de posibles aplicaciones, desde medicamentos inteligentes a materiales autorreparables o ventanas que se limpien solas, para Feringa, y de la electrónica a la informática molecular para Sauvage.

La electrónica y la informática molecular son dos de los campos mas desarrollados gracias al equipo de Stoddart. Se trata, explicó Sauvage, de almacenar información y usarla como se hace con un lápiz de memoria o con un chip de ordenador, pero el dispositivo es molecular y, por lo tanto, “extremadamente pequeño”.

Hasta ahora -aseguró- “han hecho cosas espectaculares. Habrá que mejorar el sistema, lograr moléculas más estables, pero yo creo que