Joven hispano demanda empresa por forzarlo a cambiar de nombre para no intimidar a clientes blancos

Dice que fue presionado para que cambiara el nombre de su placa por ‘Jonathan’, en lugar de mostrar el suyo real

Imagen ilustrativa. (FUENTE EXTERNA )

Target, una de las compañías minoristas más grandes de los Estados Unidos, está siendo demandado por un joven hispano que alega haber sufrido discriminación racial y represalias mientras trabajó allí entre octubre y noviembre de 2018.

José Díaz, de 18 años, dice que fue presionado para que cambiara el nombre de su placa por ‘Jonathan’, en lugar de mostrar el suyo real.

Según explica el joven en su demanda, “era como si [Target] quisiera esconder su origen étnico hispano y su herencia latina”.

Según la demanda, José Díaz, de 18 años, afirma que en la primera semana de trabajo su supervisora Kristen le dijo que era mejor que usara su placa con el nombre ‘Jonathan’, en lugar de su nombre real, bajo la explicación de que este no “encajaba” en la demografía del vecindario blanco, por lo que su nombre de nacimiento incitaría el miedo y el desasosiego en los clientes.

Lo curioso de este caso es que la tienda está ubicada en Freeport, Nueva York, cuya población blanca es del 40.5 por ciento, mientras que el 42.9 por ciento son hispanos o latinos. Así lo indica los datos del 2018 plasmados en el sitio web del Censo de los Estados Unidos.

José, a pesar de oponerse a la idea de llevar un nombre que no era el suyo, y de expresar su incomodidad, fue forzado a usar la placa que decía ‘Jonathan’, señala en la demanda presentada al Tribunal del Distrito de Central Islip.

Aunque el joven se quejó con otra supervisora (llamada Christina, según la demanda), ella le aseguró que “si no le gustaba la etiqueta con su nombre, podía renunciar”.

Después de presentar una denuncia por haber tenido que encubrir su nombre, José fue sometido inmediatamente a un “ambiente de trabajo hostil y de represalias”, plasma el expediente oficial. Por ejemplo, no se le ofreció ninguna capacitación sobre sus responsabilidades, y a pesar de pedir orientación a la supervisora Kristen, ella lo ignoró.

“Kristen no trató de esta manera a otros empleados, que no se habían quejado de discriminación. La falta de instrucción y orientación dificultó la tarea de José para aprender su trabajo y fue un blanco fácil para que fuera luego despedido”, apunta el documento.

El adolescente de ascendencia salvadoreña acudió a recursos humanos, pero “no se llevaron a cabo investigaciones formales ni se tomaron medidas disciplinarias en los casos de respuesta a las quejas del demandante”.

Como resultado de los actos de Target -subraya la demanda- José sufrió dolor emocional, pérdida de ingresos y pérdida de beneficios. Mientras que “la conducta de la empresa fue maliciosa, deliberada, escandalosa y se llevó a cabo con toda la fuerza de la ley”.