Los yihadistas enseñan los colmillos en plena ofensiva para liberar Mosul

JAZER. Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) mostraron ayer que todavía son capaces de hacer daño a pesar de los reveses sufridos en el campo de batalla de los alrededores de Mosul en los últimos cinco días, con un ataque inesperado contra la ciudad de Kirkuk, que ha dejado 39 muertos.

Decenas de combatientes del EI lanzaron hoy un ataque contra el sur de Kirkuk, a unos 170 kilómetros al sureste de Mosul, y se hicieron con el control de varias comisarías de Policía, informó a Efe el gobernador de esa localidad, Nachmeldín Karim.

Al menos 39 personas, entre ellas 17 yihadistas murieron en el asalto que se concentró en los barrios meridionales de Wahed Jazeirán, Domish y Midaa -en la zona sur de Kirkuk, en el camino hacia la localidad de Hawiya-, así como contra una planta eléctrica al oeste de Kirkuk, donde murieron 16 trabajadores.

La planta eléctrica, situada en la localidad de Al Dabs, está siendo construida por la empresa alemana Siemens y la iraní Sunir, que están ultimando su puesta en funcionamiento bajo el paraguas del Ministerio iraquí de Electricidad.

Tras el ataque, los extremistas colocaron francotiradores en varios edificios y se produjeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad iraquíes y las kurdas “peshmergas”, que han enviado refuerzos desde las provincias del Kurdistán iraquí.

El ataque coincide con el quinto día del comienzo de la operación para liberar Mosul, que ha forzado a los yihadistas a ceder terreno, especialmente al norte y al este de la capital de la provincia de Nínive y principal feudo de los extremistas en Irak.