México conmemora el 51 aniversario de la matanza de estudiantes en Tlatelolco
México conmemoró este miércoles el 51 aniversario de la matanza de estudiantes en Tlatelolco, ocurrida el 2 de octubre de 1968, con el centro histórico de la capital mexicana prácticamente blindado ante posibles actos vandálicos.
Para evitar ataques de grupos de encapuchados, edificios históricos, negocios e instituciones gubernamentales situados en esa zona fueron protegidos con vallas metálicas y por un “cinturón de paz” integrado por 12.000 personas.
La protección y resguardo a los inmuebles se dio a raíz de que las dos últimas movilizaciones llevadas a cabo en la Ciudad de México finalizaran con destrozos de mobiliario y pintadas.
El 26 de septiembre se conmemoraron cinco años de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, y dos días después tuvo lugar la marcha en favor de la despenalización del aborto. Ambas movilizaciones fueron aprovechadas por encapuchados autodenominados “anarquistas”.
Para evitar la irrupción de estos grupos, el Gobierno de la Ciudad de México desplegó un cordón con 12.000 funcionarios vestidos de blanco llamado “cinturón de paz” y destinado a garantizar la seguridad de los manifestantes.
La Secretaría de Seguridad de la capìtal mexicana movilizó a unos 2.500 agentes para vigilar la marcha, quienes acudieron con escudos y se apostaron estratégicamente en calles aledañas a las que transcurrió la manifestación, que congregó a unas 20.000 personas.
La movilización no estuvo exenta de actos violentos, ya que un grupo de encapuchados realizó pintadas a su paso por la céntrica avenida Eje Central, además de detonaciones de petardos que alteraron el orden.
De hecho, esas explosiones ahuyentaron a algunas secciones del “cinturón de paz”, personas que ante el temor de ser agredidas rompieron filas y se quitaron las camisetas blancas con las que se identificaban.
Los embozados también concretaron actos de provocación al pintar sobre edificios como el de Correo y el Banco de México, además de atacar con aerosoles a policías e integrantes del “cinturón de paz”
Estos hechos sucedieron cuando la vanguardia de la marcha ya había entrado al Zócalo, la gran plaza del centro de la ciudad.
“¡Dos de octubre no se olvida!,¡Ni perdón, ni olvido, castigo a los asesinos”, fueron las principales consignas en la marcha, que comenzó en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el mismo lugar de la masacre estudiantil de 1968.
A la vanguardia se colocó el colectivo Comité del 68, seguido por grupos estudiantiles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
A la manifestación también se sumaron integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, quienes participaron en el mitin de cierre.
A primera hora de la mañana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recordó los “hechos lamentables” del 2 de octubre de 1968, una época, dijo, marcada por “la falta de libertades y de justicia”, y reivindicó que con el actual Gobierno “el uso de la fuerza ha quedado relegado”.
“Queremos vivir en una sociedad en paz, sin violencia, sin usar la fuerza, convencer y no vencer, vivir en armonía, vivir en paz. Por eso, nunca más una represión en México, nunca más torturas, desapariciones, masacres o provocaciones”, expresó.
El mandatario también pidió que la marcha conmemorativa transcurriera hoy de forma pacífica.
Durante el verano de 1968, miles de estudiantes organizaron huelgas y manifestaciones masivas para denunciar el autoritarismo del Gobierno mexicano, encabezado entonces por el presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y dominado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que reprimió la movilización de Tlatelolco para evitar altercados durante los Juegos Olímpicos de ese año.
El 2 de octubre una multitudinaria manifestación de estudiantes fue repelida a tiros por el Ejército mexicano en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, dejando unos 300 de muertos y otros cientos de desaparecidos según organizaciones civiles, aunque las autoridades sólo dieron cuenta de 37 decesos.
Cada año, supervivientes y organizaciones estudiantiles organizan una marcha desde Tlatelolco hasta la céntrica plaza del Zócalo para conmemorar la masacre y exigir justicia.
Los manifestantes exigen un juicio al expresidente Luis Echeverría (1970-1976), de 97 años, quien el 2 de octubre de 1968 era secretario (ministro) de Gobernación (Interior).
El movimiento estudiantil de 1968 lo formaron jóvenes de la UNAM y del IPN, además de sindicatos de trabajadores y otras capas de la sociedad mexicana
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