Nuevo primer ministro italiano jura junto a un gobierno continuista

El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni (c), y su predecesor, Matteo Renzi (d), participan junto a la nueva secretaria del Gabinete italiano, Maria Elena Boschi (i), de la ceremonia de toma de posesión del nuevo gobierno ayer, lunes 12 de diciembre de 2016, en el Palacio Chigi en Roma. (EFE)

ROMA. El nuevo primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni, juró ayer el cargo junto a sus ministros, que configuran un gabinete de corte continuista en relación con el de Matteo Renzi, aunque con cambios en Exteriores, Interior y Educación.

Gentiloni y sus 18 ministros -cinco mujeres y trece hombresjuraron el cargo en el palacio del Quirinale ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, que ha dirigido un proceso veloz para que Italia llegue con Gobierno al Consejo Europeo del jueves.

Después se produjo el tradicional traspaso de poderes entre el primer ministro saliente y el entrante, Renzi y Gentiloni, y por último el nuevo presidente del Gobierno italiano presidió su primer Consejo de Ministros, que duró un cuarto de hora.

Estos actos se produjeron poco después de que el nuevo primer ministro diera a conocer la composición de su Ejecutivo, que surge después de que el primer ministro Renzi presentara su dimisión al fracasar en el referéndum constitucional del pasado 4 de diciembre.

Se trata de un Gabinete de índole continuista, habida cuenta de que la mayoría de los ministros de Renzi repiten en su cargo, con contadas aunque sustanciales excepciones.

Uno de los cambios más importantes es la rotación entre los ministerios de Interior y Exterior, este último dirigido hasta la fecha por Gentiloni: el primero pasará a Marco Minniti mientras que su anterior titular, Angelino Alfano, se situará al frente de la diplomacia italiana.

También se produce un cambio en el Ministerio de Educación: la vicepresidente del Senado, Valeria Fedelli, sustituirá en el cargo a Stefania Giannini, autora de una discutida reforma educativa que ha provocado la protesta de los estudiantes en numerosas ocasiones.

Gentiloni ha sumado dos nuevos ministerios a su Gobierno: se trata del de Deporte, del que se encargará Luca Lotti, y uno sobre Cohesión Territorial y Sur, del que se ocupará el docente y economista Claudio De Vincenti.

El nuevo primer ministro, tras hacer pública su lista de ministros, subrayó la necesidad de ocuparse especialmente del sur italiano, donde, según apuntó, “el desempleo es una emergencia más dramática que en otros lugares” del país.

La que fuera figura clave del Ejecutivo Renzi, Maria Elena Boschi, ministra para las Reformas y Relaciones con el Parlamento, pierde el cargo de ministro pero será nombrada subsecretaria de la presidencia del Gobierno y será reemplazada por Anna Finocchiaro.

Continúa en su cargo Andrea Orlando como ministro de Justicia, Roberta Pinotti de Defensa, Pier Carlo Padoan de Economía, Carlo Calenda en Desarrollo Económico, Graziano Delrio en

Infraestructuras, Beatrice Lorenzin en Sanidad y Maurizio Martina en Agricultura.

También Giuliano Poletti en Trabajo, Gianluca Galletti en Medioambiente, Dario Franceschini en Cultura, Enrico Costa en Asuntos Regionales y Marianna Madia al frente del Ministerio de Simplificación de la Administración Pública.

La composición del nuevo Gobierno italiano ha seguido un proceso rápido, desde que el pasado 7 de diciembre Renzi formalizara su dimisión y se sucedieran las rondas de consultas de Mattarella y del propio Gentiloni en busca de una mayoría parlamentaria.

Ahora el nuevo Gobierno deberá someterse a la investidura en el Parlamento: mañana martes, previsiblemente a las 11.00 locales (10.00 GMT), Gentiloni acudirá a la Cámara de los Diputados y el día después, el miércoles, acudirá al Senado.

Para este trámite Gentiloni “hereda” la mayoría con la que Renzi gobernó durante más de mil días, una coalición compuesta por su formación de centroizquierda, el Partido Demócrata, y otros pequeños partidos, como el Nuevo Centroderecha.

No contará en su Gobierno con el apoyo de “Forza Italia”, del ex primer ministro Silvio Berlusconi, y tampoco con la xenófoba Liga Norte ni con el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), de Beppe Grillo.

Tampoco le apoyarán los senadores de la Alianza Liberalpopular y Autonomías (ALA) del antiguo colaborador de Berlusconi, Denis Verdini, que finalmente no han conseguido ninguna cartera en el Ejecutivo pese a la importancia de sus senadores en la investidura.

Los partidos de la oposición acusan al nuevo Ejecutivo de ser “un Gobierno fotocopia” y los populistas del M5S ya han anunciado una movilización antes del 24 de enero para reclamar elecciones, cuando el Tribunal Constitucional se pronunciará sobre una de las leyes electorales que rigen en el país.

En la genética de este Gobierno está la elaboración de una nueva ley electoral con la que se puedan celebrar las elecciones que todos los partidos reclaman, pero también deberá hacer frente a problemas como el que padece el sector bancario.

Especialmente la Banca Monte Paschi di Siena, en pleno proceso de depuración de créditos morosos y con serios problemas con el aumento de capital previsto en las operaciones de saneamiento.

Gonzalo Sánchez