Santos pide a Duque no se deje manipular

“No voy a ser como Uribe y no interferiré en el próximo Gobierno”.

Imagen del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, realizando su ultima votación como presidente durante el proceso electoral de segunda vuelta celebrado el pasado domingo 17 de junio de 2018. (EFE/Juan Zarama)

BOGOTÁ. Texto íntegro de la entrevista exclusiva al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, realizada por la Agencia Efe en Bogotá.

Pregunta: Se acaban de celebrar las elecciones presidenciales.

¿Qué opinión le merece la victoria del señor Duque?

Respuesta: Quedé muy satisfecho con estas elecciones porque fueron las más tranquilas, seguras, con más garantías y con más participación en la historia reciente o en la historia del país. Dos candidatos que eran de la oposición del Gobierno tuvieron todas las garantías por parte nuestra, o sea que la democracia colombiana se vio fortalecida, ganó el candidato de la derecha en franca lid. Y también es la primera vez que se ve un resultado de la izquierda con ese volumen de votos. Y otra cosa muy importante: es la primera vez que vota el ex comandante de las FARC, como jefe de partido político, la primera vez en su vida que vota, y eso es algo que resume mucho lo que está pasando en este país.

P: Las fuerzas “antiuribistas” hablan de una posible situación de inestabilidad, de retroceso en el país. ¿Comparte esa opinión?

R: No. El candidato Duque hizo unos pronunciamientos que a la izquierda no le gustan. Sobre eso no voy a opinar porque creo que lo que hay que hacer es construir sobre lo construido. Nosotros estamos entregando una economía mucho más fortalecida, mucho más vigorosa de lo que recibimos hace ocho años, y si usted ve por ejemplo lo que ha pasado con los países que han tenido elecciones en los mercados financieros internacionales, en todos ha habido bastante tormenta.

P: Un de los problemas recurrentes que tiene Colombia es el de los cultivos ilícitos. ¿Por qué han crecido tanto? ¿Cómo afecta eso a las relaciones con Estados Unidos?

R: Aquí se da una conjunción de factores. Las expectativas de la sustitución de cultivos, que envió unas señales y unos estímulos perversos. La gente, los campesinos, decían “Ah, va a haber sustitución voluntaria de cultivos, va a haber beneficios para quienes tengan coca, sembrar”. Otro fenómeno muy importante que ha influido es la devaluación del peso. La devaluación del peso hizo rentable, mucho más rentable, la producción y explotación de coca.

También la expectativa pues de la paz generó esos incentivos perversos, pero al mismo tiempo lo importante para destacar es que por primer vez tenemos una solución estructural que está comenzando a funcionar. Ya por primera vez podemos llegar a esas zonas en donde se cultiva la coca con productos alternativos, con la presencia del Estado, con el desarrollo. Los campesinos que están sustituyendo voluntariamente lo están haciendo con resiembra cero, es decir, el problema de la resiembra, que ha sido la constante en estos últimos 40 años, está comenzando a desaparecer, y esa combinación de erradicación forzosa más sustitución voluntaria es la solución que nos puede, por primera vez en la historia reciente del país, permitir que no seamos el primer exportador de cocaína a los mercados mundiales. Con Estados Unidos tenemos un plan a cinco años, un plan que está determinado muy en detalle para ir reduciendo los cultivos de coca año tras año para tener mínimo, mínimo, un 50 % menos al cabo de cinco años de lo que tenemos hoy.

P: ¿Pero no ha habido afectaciones de las relaciones con Estados Unidos por esa situación?

R: No, hasta ahora no hemos tenido ninguna situación negativa.

Todo lo contrario, tenemos una relación muy fluida con Estados Unidos a pesar de las dificultades que ha tenido Estados Unidos en su política exterior. Inclusive el presidente Trump iba a venir a Colombia como un gesto con Colombia, porque nos consideran sus socios estratégicos. Y no solamente los republicanos, los demócratas también. Eso ha sido algo importante para Colombia. Estados Unidos es nuestro primer socio comercial, el primer socio en materia de inversión y socio también en la lucha contra el narcotráfico.

P: ¿Pero usted se sentía más cómodo con Obama que con Trump, no?

R: Pues son dos estilos muy diferentes. Obama fue una persona muy muy amiga, muy generosa con Colombia. Teníamos muchos valores y muchos principios en común, por ejemplo la propia lucha contra el narcotráfico. Obama fue el primero que reconoció lo que nosotros estábamos exponiéndole al mundo, que la guerra contra las drogas que se declaró en Naciones Unidas hace 45 años se perdió. Esa guerra no se ha ganado, y tenemos que revisar esa política que no puede ser de un solo país, tiene que ser de la comunidad internacional porque es un problema global, un problema internacional.

Por otro lado teníamos mucha afinidad frente al proceso de paz, teníamos mucha afinidad inclusive en materia de relaciones internacionales para que Estados Unidos normalizara su relación con Cuba. Teníamos mucha afinidad en materia de la política social, una política progresista. Yo soy partidario de eso que llaman la tercera vía y en eso nos identificábamos mucho con Obama. Con Trump es otro Gobierno, otros principios diferentes. Ahí hay diferencias conceptuales, pero también somos dos países que tenemos que encontrar los comunes denominadores, que es lo que hemos venido haciendo y trabajando conjuntamente para solucionar los problemas bilaterales o multilaterales que se presenten.

Venezuela

P: Uno de los primeros logros de su mandato en el 2010 fue recomponer las relaciones con los vecinos, particularmente con Venezuela y con Ecuador. Pero ahora no están muy bien las relaciones con los dos. ¿Qué pasó?

R: Lo que pasó es lo que el mundo ha visto. Que Venezuela ha venido avanzando hacia una dictadura. Hoy es una dictadura. Acabó con las instituciones democráticas, no ha hecho otra cosa diferente que violar los derechos humanos de los venezolanos y eso es algo que Colombia no puede aplaudir. No podemos estar en ese sentido de socios de Venezuela, por eso nos hemos venido distanciado y efectivamente tenemos una relación muy difícil. Usted ha visto lo que semejante crisis ha producido en Colombia, más de un millón de venezolanos viviendo en Colombia producto de esa crisis. Por supuesto que esa es una situación muy compleja para Colombia.

Con Ecuador tenemos una situación buena a pesar de las diferencias entre el Gobierno anterior y el actual Gobierno.

Nosotros hemos mantenido una relación muy buena con los dos. Con Correa tuvimos al final una relación buena y con Moreno tenemos una muy buena relación.

P: Considera que Colombia o América Latina en general tardaron en darle la atención necesaria a Venezuela?

R: Esa es una pregunta que me hacen mucho y la respuesta es muy sencilla. Nosotros mantuvimos unas relaciones cordiales hasta el momento en que comenzaron realmente a destruir las instituciones democráticas. El punto de quiebra, lo que rebasó la copa, fue la Asamblea Constituyente, porque eso es la réplica de las repúblicas democráticas de la época de la Unión Soviética y eso fue la confirmación o el principio del fin de la democracia en Venezuela. Y ahí fue cuando rompimos. No reconocimos esa Asamblea Constituyente, después fuimos los primeros en decir “no reconocemos las elecciones convocadas por esa Asamblea Constituyente” y lo que ha venido sucediendo en Venezuela en materia de represiones y violaciones de los derechos humanos es algo que condenamos en todas las formas, porque eso es exactamente lo que no queremos que suceda en ninguna parte del mundo, porque eso es acabar con las libertades, que es algo que por lo menos para mí es un principio inviolable.

P: La ONU le ha pedido a América Latina que se involucre más en la situación de Venezuela. ¿Qué se puede hacer más allá de recibir las personas que salen de Venezuela y llegan a Colombia y siguen para otros países?

R: Yo más bien le diría a la ONU que se involucrara más, porque aquí tenemos un problema muy serio. Más de un millón de venezolanos que están viviendo en Colombia, otros están pasando por Colombia para ir a otros países. Es una situación realmente dramática, es un costo altísimo para Colombia. Nosotros hemos recibido a los venezolanos con una gran generosidad y con los brazos abiertos. Mi obligación y la de todos los colombianos es ser solidarios con los venezolanos, mas no con el régimen que está produciendo esta crisis.

Con ese régimen sí hemos sido implacables y seremos implacables y seguiremos presionando por todas las formas posibles para buscar un cambio de ese régimen y una situación que le permita a Venezuela recobrar sus libertades y su democracia.

P: Es decir, la solución o el remedio para la crisis de Venezuela pasa inevitablemente por la salida de Maduro del poder.

R: Sin duda alguna. La salida de Maduro es una condición necesaria para un cambio de régimen y para la devolución a los venezolanos de su democracia.

Galeón San José

P: Otra cuestión: el proyecto de rescate del galeón San José ha recibido bastantes críticas.

R: ¿Críticas de dónde?

P: Bueno, aquí internamente.

R: No, aquí internamente hay algunos arqueólogos y algunas personas que creen que hay que dejar el patrimonio sumergido en el mar, con lo que no estamos de acuerdo. Pero esto se ha hecho con todo el rigor, con toda la transparencia y con todo el profesionalismo del caso. Y con España hemos tenido algunas diferencias. En este momento estamos presentándole a España un proyecto de memorando de entendimiento para que España, si quiere, participe en el rescate de este patrimonio. Los mantenemos informados de todos los detalles. Lo que no podemos compartir es el principio de que los patrimonios sumergidos deben quedarse en el fondo del mar. Es un patrimonio colombiano, en aguas colombianas, que queremos rescatar para los colombianos y para la humanidad y ojalá lo podamos hacer de la mano de España.

P: Dice que podría haber un entendimiento con España, ¿podría especificar en qué?

R: Este memorando de entendimiento que le estamos presentando a España es precisamente que estamos listos a que ellos estén presentes, nos asesoren, nos digan sus opiniones sobre cómo hacer mejor el procedimiento, si es que se puede mejorar. Lo que está en el proceso es un procedimiento con los mejores estándares, los más altos, para preservar el patrimonio. No estamos haciendo eso para lucrarnos sino para rescatar un patrimonio. Lo que pasa es que estamos haciendo una alianza publico privada, de acuerdo a las leyes colombianas, y no podemos renunciar a que eso es un patrimonio que podemos los colombianos rescatar. Eso sí es un principio que vamos a defender.

Corrupción

P: ¿Cree que se puede realmente derrotar la corrupción en Colombia?

R: Mire lo que ha sucedido en Colombia. Nosotros comenzamos aprobando un Estatuto Anticorrupción, el primero en la historia, muy severo. Fortaleciendo las entidades de control, dando más herramientas para combatir y también para investigar y descubrir la corrupción. Hemos tomado muchas decisiones en esa dirección, adicionales, tratados internacionales. A mi me tocó el inmenso honor de co-presidir la Primera Cumbre Mundial Anticorrupción, celebrada en Londres, con el primer ministro Cameron. Ahí salieron unas recomendaciones que también hemos adoptado, lo que hemos hecho con la OCDE, el convenio anti-soborno, y eso ha permitido que aquí se destapen las ollas podridas que estaban tapadas hace muchísimo tiempo. Y, como lo han dicho muchos estudiosos, no es que haya más corrupción, es que se está descubriendo, se está destapando y se está combatiendo. Si usted ve el número de casos donde efectivamente la justicia ha venido a operar, ha crecido sustancialmente. Eso es muy bueno, así la percepción de que la corrupción ha crecido es inexorable a que está presente, pero lo que ha sucedido es muy importante. Yo creo que tenemos que continuar en esa dirección. Lo de la consulta popular ojalá sea exitosa. Es una expresión más política que cualquier otra cosa de decir: “tenemos que continuar esa lucha contra la corrupción”.

P: Usted dijo que cuando dejara la Presidencia le gustaría ser profesor y ahora también abuelo, evidentemente. En fin, ¿qué va a ser a partir del 8 de agosto?

R: Es cierto que soy abuelo y tal vez lo más importante en este momento es ir a cuidar a mi nieta. Se llama Celeste. Es cierto que he tenido muchas ofertas de muchas universidades para dar clases, para dar conferencias. Es cierto que tengo una oferta muy avanzada de una prestigiosa firma para dar conferencias alrededor del mundo, y lo que también es cierto es que no voy a interferir en el próximo Gobierno.