La unión libre se arraiga en la familia dominicana

En el país existen 2, 677, 596 familias segregadas en cinco tipos de hogares- el nuclear, unipersonal, extendido, compuesto y sin núcleo. El nuclear, formado por una pareja y sus hijos o uno de los jefes de hogar y sus hijos, es el que todavía predomina en el territorio dominicano.

De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda, las provincias Santo Domingo y el Distrito Nacional, con 347,633 y 143,457 casos, respectivamente, son las que tienen un mayor número de hogares nucleares. Le sigue Santiago, con 139,516; San Cristóbal, con 81,625; Puerto Plata 49,142, y la provincia Duarte con 41,155.

En esta familia, que para muchos pudiera representar el ambiente idóneo para criar a los niños, prevalece como estado civil la unión libre, seguida de las personas que nunca se han casado ni unido, y en tercer lugar, los casados de manera formal, a pesar de ser éste el estado civil que legaliza al hogar. Siguiendo la cantidad de mayor a menor, también se encuentran los separados de una unión libre, viudos y divorciados. En el resto de los hogares citados la unión libre también obtiene el mayor porcentaje.

“La situación de crisis que hoy enfrenta la familia dominicana demanda de que hagamos un esfuerzo extraordinario en la reorientación de la familia. Hay una inversión de valores, y eso ha dado como resultado una gran cantidad de divorcios”, sostiene José Núñez Gil, especialista en terapia familiar.

Conforme a la Encuesta Demográfica y de Salud en la República Dominicana (ENDESA), entre los años 2007 y 2013, el porcentaje de mujeres casadas o unidas, disminuyó de un 57 a un 54 por ciento, compensado por el incremento de las divorciadas y separadas de un 18 a un 21 por ciento.

Según el especialista en terapia familiar, la unión libre arrastra consigo problemas emocionales y económicos que afectan a la estructura familiar. Así lo afirma también Rosa Batista, de 68 años, quien durante décadas estuvo amancebada.

“Antes, si estabas en unión libre, el acta de nacimiento decía hijo natural; si estabas casada, decía hijo legítimo, y eso le afectó emocionalmente a mis hijos, porque, además, en la escuela algunos compañeros les decían que eran bastardos”, manifestó la madre de cinco hijos.

En la actualidad, aunque no existe este tipo de problemas con las actas de nacimiento, el riesgo de la unión libre continúa siendo el escaso compromiso que a veces asumen los hombres con la familia, resaltó Batista.

Hogares extendidos y malabares económicos

La familia extendida, compuesta por un hogar nuclear, más otro pariente o por un jefe con otros parientes o empleados domésticos, queda en el segundo puesto dentro de los tipos de familia más utilizados en el país.

La antropóloga social Tahira Vargas, explica que este tipo de familia es típica de la cultura afrocaribeña, y está vinculada a los patrones de cuidado. Es decir, establecen una red de apoyo para que las personas adultas puedan trabajar.

Esta forma familiar también utilizada por la clase media y alta, es mantenida por muchos como “una manera de preservar el patrón cultural”.

“Tú sabes que en nuestra cultura no es frecuente llevar a los envejecientes a asilos, entonces en estas familias los envejecientes se quedan también como parte de esa red de cuidados. Es una forma de mantener la relación con la familia y la relación afectiva que viene a través de varias generaciones”, puntualizó.

Este hogar predomina en mayor cantidad en la provincia Santo Domingo, Santiago, el Distrito Nacional, San Cristóbal, La Vega y Puerto Plata. Mientras que su estado civil responde a personas que nunca se han casado ni unido, la unión libre y los separados de unión libre.

La familia ampliada, de la cual no se hace mención en el Censo, pero que la antropóloga ha encontrado en sus estudios etnográficos, es otro tipo de familia que también hace uso de formas muy peculiares de subsistencia.

“He encontrado casos de personas que tienen a su cargo niños, niñas y adolescentes, que sus padres han emigrado, y que se quedan con ellos como una especie de tutores. No tienen una relación consanguínea, pero sus padres les pagan para que cuiden a sus hijos”, expone la experta.

Tamaño de la familia disminuye

Hasta 2013, se observaba una disminución en el tamaño promedio de los hogares en el país, donde alrededor del 40% de las familias estaba compuesta por 2 a 3 miembros, seguido de un 33.0% que correspondía a familias con 4 ó 5 miembros. A partir de ahí, este porcentaje solía ser más bajo a medida que aumentaba el número de miembros en el hogar, llegando a ser este valor menor al 1% cuando se evaluaban hogares con 10 o más miembros.

Según la ENDESA 2013, el porcentaje de menores de 15 años que viven con ambos padres sigue reduciéndose de 56% en 2002 a 50% en 2007 y 48% en 2013. Mientras el porcentaje de niños y niñas que viven sólo con la madre se incrementó desde 25% en 2002 a 30% en el 2007 y a 34%o en 2013, en tanto los que viven sólo con el padre apenas han representado el 4 por ciento en cada una de estas encuestas.

En Estados Unidos, el promedio de personas por casas se calcula en 2.58, según resalta el censo que realizó esa nación en 2010. Allí, a pesar de la diversidad de los hogares, también el cabeza de familia, su cónyuge, y sus hijos e hijas comprenden el mayor porcentaje de la población, abarcando el 87%. En adición a este tipo de familia, en esa nación existen otros cuatro modelos muy parecidos a los citados en el censo dominicano. La diferencia es que éstos incluyen a la familia conformada por personas del mismo sexo.

Según los estudios de Vargas, en República Dominicana también se encuentran estas familias homoparentales, que son las conformadas por parejas del mismo sexo.

La experta critica que el censo maneje algunas categorías de familia, y que otras las deje fuera, pero, además, que no existan datos específicos sobre los tipos de familia, porque los datos del informe censal fueron trabajados como tipos de hogar. A su juicio, la familia como elemento de análisis en el país se ha quedado estancada.

“Aquí por muchos años se ha mantenido la visión del modelo de familia, y todo lo otro no es familia, incluso a nivel religioso y para la Constitución la familia es la que surge de un matrimonio, y la que está formada por una mujer, el hombre y los hijos, es decir que ese concepto debe ser reformulado”, afirmó.

Hombres siguen al mando

En el país, a través de los años, se registra una disminución paulatina de los hogares con jefatura femenina. Según el Censo de 2010, la familia nuclear tenía más hombres que mujeres como jefes de familia, patrón que se repetía en el resto de los diferentes tipos de hogares. Para 2013, la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar) destaca como esta tendencia aún se mantenía.

“El valor de la jefatura femenina en ENHOGAR-2011 fue de 38.0 por ciento; para la ENHOGAR-2012 su valor fue de 36.3 por ciento; mientras en ENHOGAR-2013 el porcentaje de hogares dirigidos por mujeres es de 34.8%, evidenciando una reducción sistemática de los hogares que son dirigidos por mujeres”, subraya el documento basado en encuestas.

En contraste, los hogares que son dirigidos por hombres han aumentado en los últimos años, llegando hasta el 65.2%.

“Existe una tendencia de reconocer al hombre como el jefe de la familia, en el caso donde se reconoce la jefatura femenina, es porque sólo existe la mujer. Lo ideal sería que donde están ambos, la responsabilidad sea compartida en cuanto a toma de decisiones, manejo financiero, tareas domésticas y demás, pero es una cosa que no se cumple en el país”, apuntó la feminista Sergia Galván.

Hogares extendidos y malabares económicos

La familia extendida, compuesta por un hogar nuclear, más otro pariente o por un jefe con otros parientes o empleados domésticos, queda en el segundo puesto dentro de los tipos de familia más utilizados en el país.

La antropóloga social Tahira Vargas, explica que este tipo de familia es típica de la cultura afrocaribeña, y está vinculada a los patrones de cuidado. Es decir, establecen una red de apoyo para que las personas adultas puedan trabajar.

Esta forma familiar también utilizada por la clase media y alta, es mantenida por muchos como “una manera de preservar el patrón cultural”.

“Tú sabes que en nuestra cultura no es frecuente llevar a los envejecientes a asilos, entonces en estas familias los envejecientes se quedan también como parte de esa red de cuidados. Es una forma de mantener la relación con la familia y la relación afectiva que viene a través de varias generaciones”, puntualizó.

Este hogar predomina en mayor cantidad en la provincia Santo Domingo, Santiago, el Distrito Nacional, San Cristóbal, La Vega y Puerto Plata. Mientras que su estado civil responde a personas que nunca se han casado ni unido, la unión libre y los separados de unión libre.

La familia ampliada, de la cual no se hace mención en el Censo, pero que la antropóloga ha encontrado en sus estudios etnográficos, es otro tipo de familia que también hace uso de formas muy peculiares de subsistencia.

“He encontrado casos de personas que tienen a su cargo niños, niñas y adolescentes, que sus padres han emigrado, y que se quedan con ellos como una especie de tutores. No tienen una relación consanguínea, pero sus padres les pagan para que cuiden a sus hijos”, expone la experta.

El tamaño de la familia disminuye

Hasta 2013, se observaba una disminución en el tamaño promedio de los hogares en el país, donde alrededor del 40% de las familias estaba compuesta por 2 a 3 miembros, seguido de un 33.0% que correspondía a familias con 4 ó 5 miembros. A partir de ahí, este porcentaje solía ser más bajo a medida que aumentaba el número de miembros en el hogar, llegando a ser este valor menor al 1% cuando se evaluaban hogares con 10 o más miembros.

Según la ENDESA 2013, el porcentaje de menores de 15 años que viven con ambos padres sigue reduciéndose de 56% en 2002 a 50% en 2007 y 48% en 2013. Mientras el porcentaje de niños y niñas que viven sólo con la madre se incrementó desde 25% en 2002 a 30% en el 2007 y a 34%o en 2013, en tanto los que viven sólo con el padre apenas han representado el 4 por ciento en cada una de estas encuestas.

En Estados Unidos, el promedio de personas por casas se calcula en 2.58, según resalta el censo que realizó esa nación en 2010. Allí, a pesar de la diversidad de los hogares, también el cabeza de familia, su cónyuge, y sus hijos e hijas comprenden el mayor porcentaje de la población, abarcando el 87%. En adición a este tipo de familia, en esa nación existen otros cuatro modelos muy parecidos a los citados en el censo dominicano. La diferencia es que éstos incluyen a la familia conformada por personas del mismo sexo.

Según los estudios de Vargas, en República Dominicana también se encuentran estas familias homoparentales, que son las conformadas por parejas del mismo sexo.

La experta critica que el censo maneje algunas categorías de familia, y que otras las deje fuera, pero, además, que no existan datos específicos sobre los tipos de familia, porque los datos del informe censal fueron trabajados como tipos de hogar. A su juicio, la familia como elemento de análisis en el país se ha quedado estancada.

“Aquí por muchos años se ha mantenido la visión del modelo de familia, y todo lo otro no es familia, incluso a nivel religioso y para la Constitución la familia es la que surge de un matrimonio, y la que está formada por una mujer, el hombre y los hijos, es decir que ese concepto debe ser reformulado”, afirmó.

Hombres siguen al mando

En el país, a través de los años, se registra una disminución paulatina de los hogares con jefatura femenina. Según el Censo de 2010, la familia nuclear tenía más hombres que mujeres como jefes de familia, patrón que se repetía en el resto de los diferentes tipos de hogares. Para 2013, la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar) destaca como esta tendencia aún se mantenía.

“El valor de la jefatura femenina en ENHOGAR-2011 fue de 38.0 por ciento; para la ENHOGAR-2012 su valor fue de 36.3 por ciento; mientras en ENHOGAR-2013 el porcentaje de hogares dirigidos por mujeres es de 34.8%, evidenciando una reducción sistemática de los hogares que son dirigidos por mujeres”, subraya el documento basado en encuestas.

En contraste, los hogares que son dirigidos por hombres han aumentado en los últimos años, llegando hasta el 65.2%.

“Existe una tendencia de reconocer al hombre como el jefe de la familia, en el caso donde se reconoce la jefatura femenina, es porque sólo existe la mujer. Lo ideal sería que donde están ambos, la responsabilidad sea compartida en cuanto a toma de decisiones, manejo financiero, tareas domésticas y demás, pero es una cosa que no se cumple en el país”, apuntó la feminista Sergia Galván.