La garza ganadera cumple 60 años en La Hispaniola

Bubulcus ibis es el ave de más rápida propagación y alcance jamás registrada

Una garza ganadera, Bubulcus ibis, vista en Montecristi. (Foto: Marvin del Cid)

La garza ganadera mide de 48 a 56 centímetros de largo, con un peso promedio de 338 gramos. Es de aspecto fornido, con patas cortas y gruesas.

Esta garza adquiere el nombre de ganadera porque es común verla forrajeando junto al ganado en los pastos. Rara vez visita el agua, a diferencia de otras, y solamente lo hace para beber.

Su aspecto es pequeño y generalmente está en silencio. Es la única de las garzas presente en tierras relativamente altas. Por eso se le ve frecuentemente en las plantaciones de Constanza.

Está presente en toda la isla, exceptuando las zonas más altas de la Cordillera Central, Sierra de Bahoruco y Sierra de Neiba. Se reproduce entre abril y julio, pero no necesariamente.

Existen variaciones de color en sus plumas, pico y patas entre los individuos reproductores y los que no lo son. Durante la época reproductiva su plumaje cambia de un blanco total a manchas marrón-naranja en pecho, espalda y corona.

Pone de dos a tres huevos de un color verde claro en plataformas hechas con ramas en árboles, especialmente en manglares.

Una especie similar es la garza real, pero esta es acuática, con cuello y pico más largo.

En la siguiente galería se puede observar un grupo de garzas ganaderas anidando en Montecristi el 11 de noviembre de 2015.

También es común verlas entre arrozales, donde comen y beben agua. Este grupo permanece cerca de sus nidos. Por (Foto: Marvin del Cid)
Un grupo de garzas ganaderas colman un árbol donde anidan. Por (Foto: Marvin del Cid)
En esta foto se puede ver una madre empollando. Por (Foto: Marvin del Cid)
Los nidos se hacen en plataformas hechas con ramas muy cercanas entre sí. Por (Foto: Marvin del Cid)
En este nido se puede observar tres huevos mientras la madre se aleja para alimentarse. Por (Foto: Marvin del Cid)
Un pichón de pocos días de nacido espera por su madre para ser alimentado. Por (Foto: Marvin del Cid)
Lo pichones suelen pelear por espacio y alimento. Este sangra de la cabeza al ser atacado por su hermano. Por (Foto: Marvin del Cid)
Un pichón, ya con plumas, se aventura a salir del nido y andar por las ramas. Por (Foto: Marvin del Cid)
Un pichón pide comida mientras otro permanece tranquilo en el nido. Por (Foto: Marvin del Cid)

En el libro publicado por la Universidad de Princeton y una de las referencias para este artículo: “Aves de la República Dominicana y Haití” (La guía máxima para los observadores de aves de este país), se hace referencia a que esta garza invadió Suramérica desde África en la década de 1870 y rápidamente se expandió a través de las Américas hasta llegar a las Indias Occidentales en la década de 1950.

Pero no fue hasta 1956 que fue registrada por primera vez en La Hispaniola hasta convertirse en un ave común y generalizada.

Anillos recuperados en individuos indican que algunas migran a La Hispaniola desde América del Norte en la temporada no reproductiva. Se cree que estas llegan de septiembre a octubre y se marchan entre marzo y abril.

La garza ganadera tiene dos razas geográficas, la del oeste B. Ibis y la del este B. Coromandus. La segunda se reproduce en Asia y parte de Australia, y la primera en todo el rango restante, incluidas Las Américas.

Algunas autoridades reconocen una tercera subespecie B. I. seychellarum, que fue descrita por primera vez por Finn Salomons en en 1934.

La Garza ganadera ha sido objeto de una de las expansiones naturales de más rápido y amplio alcance de cualquier especie de ave.