Pescadores y biólogos juntos para estudiar al calamar “gigante”

Existe poca información sobre las especies y su población

Desde octubre de 2018 la Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos, junto a pescadores locales, inició un proyecto de estudio del calamar diamante (Thysanoteuthis rhombus), también conocido como calamar gigante.

Fausto Rodríguez, es un pescador experimentado quien ha capturado la especie desde hace unos años en la bahía de Samaná, domesticando una técnica japonesa introducida al país en 2001, bajo la dirección del experto japonés Tsinchichi Arima. La pesquería se llevó a cabo a bordo de la nave Guarionex, donado por el gobierno japonés para el Centro de Desarrollo Pesquero (CEDEP), en Samaná (SERCM, 2004).

Al finalizar el mandato presidencial de Hipólito Mejía en 2004 pierde continuidad el proyecto de Tsinchichi Arima, y no es hasta el 2011 que pescadores retoman la práctica en el lado este de la península de Samaná.

Este es un recurso pesquero relativamente nuevo, como los son la anguila y el pepino de mar, por lo tanto hay poca información sobre sus hábitos y poblaciones.

El calamar diamante es una especie de molusco cefalópodo de la familia Thysanoteuthidae. Puede medir hasta un metro de largo y se distribuye alrededor del mundo en aguas tropicales y subtropicales. Recibe su nombre por las enormes aletas a lo largo del cuerpo en forma de rombo.

Estos calamares con especies semélparas, lo que quiere decir que solo se reproducen una vez antes de morir. En tan solo un año cumplen el ciclo completo, nacer, reproducirse y morir.

Con la finalidad de establecer parámetros para lograr una pesca sostenible, ANAMAR ha realizado más de 10 expediciones en la bahía con el fin de tomar datos sobre la especie y la técnica de pesca local.

En base a entrevistas con los pescadores se desarrollaron diferentes hipótesis sobre profundidad, tipo de carnada, temporada de captura, hora del día y el equipo de pesca.

Un descubrimiento importante durante el proyecto, es el muestreo de dos especies de calamar, el antes mencionado y uno no descrito en la literatura nacional, conocido por los pescadores como “flecú”, de nombre científico Ommastrephes bartramii. Este calamar no es comercializable por su sabor amargo, por un contenido alto de amonia en el tejido. Esta especie es aprovechada para consumo de los mismos pescadores.

Entre los resultados parciales del estudio, ANAMAR ha logrado establecer,

Contrario a la creencia local, de que estos calamares solo “pican” de día. En el muestreo se ha podido constatar que las dos especies pueden ser capturadas tanto de día como de noche.

Al este de Cabo Samaná Lanzan sus anzuelos, también conocidos como “estrellas” o “bobos”, a diferentes profundidades, 100, 200, 400 y 500 metros se pudo constatar que el calamar diamante solo “pica’ a más de 400 metros de profundidad, mientras que la otra especie puede ser capturada a partir de los 100 metros de profundidad. A estas profundidades la luz del sol es incapaz de penetrar, por lo tanto deben colocar una luz cerca del anzuelo para atraer a los calamares.

Aunque el mejor color de luz para la captura no es concluyente, los pescadores prefieren el color azul o blanco, contrario al color rojo también utilizado para el proyecto.

Desde los 400 metros de profundidad a un pescador puede tomarle una hora llevar a la presa a la superficie, el animal pelea constantemente para librarse del anzuelo hecho para sujetar varios de sus tentáculos con sus múltiples púas.

Los pescadores prefieren pescar con fuerte oleaje, el subir y bajar de la boya mueve el anzuelo en la profundidad que estimula el instinto del calamar, pero esto puede ser peligroso en horas de la noche.

En la pelea por sacar un calamar pueden perder el equipo, la línea, luz y anzuelo puede costar cerca de RD$6,000 pesos, lo que también representa un riesgo económico importante.

Cerca de 200 pescadores organizados, van dejando a la deriva los anzuelos sujetados a dos boyas con un tubo o palo de madera, que sobresale de la superficie, además de una luz intermitente para poder ver el equipo dejado en la distancia.

Una boya es más pequeña, si esta se llegara a hundir, es muy probable que un calamar haya “picado” el anzuelo y proceden a ir subiendo poco a poco el animal para no romper sus tentáculos y el animal escape con vida.

Según Rodríguez, en un día “bueno, se pueden capturar de 10 a 12 calamares por embarcación.

El precio en puerto puede variar según la demanda, el cual oscila entre los 20 y 100 pesos por libra. Un solo calamar puede pesar por arriba de las 25 libras.

Actualmente venden el producto a intermediarios de Santo Domingo, Sánchez, Nagua y Puerto Plata.

Para el biólogo marino de ANAMAR, Omar Shamir Reynoso, es importante establecer la época de reproducción y la población, establecer parámetros para la captura de las dos especies y que sea sostenible.

Además del estudio biológico de las especies, se están estableciendo parámetros socioeconómicos para mejorar la calidad de vida de los pescadores de calamar y sus familias, como otro de los ejes fundamentales del proyecto.

Entre los problemas detectados por ANAMAR, es la poca capacidad de almacenamiento en frío de los pescadores, además del no aprovechamiento de la tinta del animal la cual debe ser estudiada para evaluar su comercialización. Por otro lado se ha constatado la pesca accidental de tiburones y rayas en los anzuelos, ambas especies protegidas por las leyes dominicanas.

Desde 2011 los pescadores lanzan sus anzuelos del 15 de octubre al 15 de marzo, cuando el animal “pica”. Fausto Martínez espera que este estudio les ayude a mejorar la técnica de pesca y con esto mejorar hacer más rentable el negocio sin amenazar a las especies.

Para enero de 2020 ANAMAR proyecta terminar el estudio, para luego poner a disposición de las autoridades toda información recabada, para la toma de decisiones del manejo y gestión de este recurso pesquero.

Guatemalteco con estudios en Ciencias de la Comunicación y amplia experiencia en el campo visual y multimedia. Ha trabajado para varios medios de comunicación en Guatemala y República Dominicana, y sus fotografías han aparecido en importantes publicaciones en diferentes partes del mundo.