Remi, la manatí de Bayahíbe

La Eco-ruta en auto eléctrico

En la primera Eco-ruta de Diario Libre, decidimos ir en búsqueda de Remi, una manatí en Bayahíbe que está ganando fama rápidamente por su curiosidad y comportamiento amigable con los seres humanos.

Tratamos de dejar la menor huella de carbono posible. Por eso, decidimos viajar en un auto eléctrico cortesía de Transvolt Electric Mobility. Un Nissan Leaf 2014 con una autonomía de entre 130 a 140 kilómetros por carga.

El viernes 10 de julio iniciamos el día cargando el vehículo con paneles solares, para luego completar la carga con un cargador rápido nivel 3 en el Supermercado Nacional de la Avda. Lope de Vega en Santo Domingo.

Transvolt nos asesoró en la ruta creando un plan de carga, para ir y volver, acorde al kilometraje y la autonomía del auto. Nuestra primera parada la hicimos en una estación de carga rápida de EverGo en San Pedro de Macorís, a unos 71 kilómetros de Santo Domingo. Entre 15 y 20 minutos de carga hasta 95% continuamos hasta Bayahíbe, a 84 kilómetros de la estación.

En Bayahíbe dejamos el vehículo cargando en la estación de carta nivel 2 de Evergo, que se encuentra en el parqueo de la Compañía de Electricidad de Bayahíbe. El cargador nivel dos dura aproximadamente 2 horas en cargar el vehículo, por lo tanto fue necesario dejarlo en la estación mientras nos embarcamos en el pueblo en busca de Remi.

Nos recibió personal de FUDEMAR, una ONG que realiza estudios marítimos en la zona. Desde febrero FUNDEMAR viene dando seguimiento a Remi, una manatí en estado salvaje cuya especie se encuentra críticamente amenazada.

A los pocos minutos de estar en el mar, el Coordinador de Operaciones Marinas de Fundemar, Alido Báez, notó el rastro de arena dejado por Remi a unos 10 metros de profundidad muy cerca del embarcadero de Bayahíbe.

Con la mirada atenta pudimos observar como Remi salía a la superficie a respirar, al notar nuestra presencia se acercó a la embarcación, movida tal vez por la curiosidad. En lo que nos preparábamos para entrar al agua desapareció bajo las superficie, pero teníamos la esperanza que no se iría lejos.

Efectivamente, Remi seguía allí, podíamos verla comiendo hierba marina en el fondo. De pronto, giró su enorme cuerpo de unos siete pies de largo y se acercó tranquilamente masticando hierba hacia quien escribe y el biólogo marino Omar Shamir Reynoso. No era la primera vez que tratábamos de encontrar a Remi, habíamos viajado a Bayahíbe varias veces en su búsqueda sin éxito, pero esta vez por fin la habíamos encontrado.

Durante cerca de dos horas, Remi subía y bajaba para alimentarse en el fondo. Nadaba alrededor nuestro, por momentos tan cerca que había que empujarla suavemente para evitar lo más que se pudiera el contacto físico, pero al parecer ella lo disfrutaba y llegó a ser muy difícil evitarlo.

¿Qué se sabe de Remi?

La bióloga marina y Directora Ejecutiva de FUNDEMAR, Rita Sellares, explicó a Diario Libre que desde el año 2006 están registrando avistamientos de manatíes en la zona de Bayahíbe. Reportan individuos solitarios o grupos dos o tres. Pero desde febrero-marzo del 2019 empezaron a recibir reportes de un manatí con carácter muy social, especialmente con los buzos.

La bióloga cuenta que desde febrero de este año, tuvieron contacto con un manatí en el vivero de coral de FUNDEMAR, y pudieron heridas recientes en su cuerpo, posiblemente un accidente con una embarcación. Estas marcas hicieron posible identificar al animal de diferentes ocasiones y notar su particular comportamiento hacia los humanos, que la diferencia del resto de individuos.

“Ella es curiosa, le gustan las cámaras y tiene atracción por los buzos. Definitivamente su comportamiento es distinto, no sabemos por qué” explicó Sellares.

Fue bautizada como Remi, luego de una campaña en las redes sociales de Fundemar para buscarle un nombre. Remi fue el más votado en alusión a las rémoras que siempre la acompañan.

Para FUNDEMAR la principal amenaza para Remi y los demás manatíes son las embarcaciones que navegan a alta velocidad por la zona, por eso las marcas en su cuerpo.

En el caso de Remi, otra amenaza puede ser un intento de captura, aunque Sellares cree que hoy en día ya hay más conciencia de las personas en Bayahíbe. Recuerda que años atrás tuvieron el caso de Juanita, que era una cría de manatí a la cual la madre dejaba por la zona de Guaraguau y luego regresaba a recogerla. “Nosotros la veíamos con frecuencia, hasta que un día apareció con 15 puñaladas, en un intento de captura”, recuerda Sellares. Juanita fue rescatada y enviada al Acuario Nacional donde se recuperó de sus heridas y permanece saludable.

La bióloga recomienda no tocar a Remi. “Es cierto, que ella puede acercarse y llegar a tocarte, sobre todo si estás buceando (le gustan las burbujas), pero no hay que tocarla. Es un animal grande, si se asusta y se mueve rápido puede ser un peligro para ti, aunque no sea su intención. No trates de perseguirla, ella tiene que tomar la iniciativa, si la persigues la alejas. Ella es muy social, si la respetas ella misma se acerca de curiosidad. Al nadar con ella hay que respetar una distancia, si ella se acerca demás aléjate un poco asegurando que hay el espacio suficiente entre tú y el manatí”.

Cómo proteger a Remi

FUNDEMAR monitorea la población de mamíferos marinos desde el año 2006 en la zona, tienen más de 1000 registros de avistamientos. El proyecto cuenta con monitoreos directos que hace FUNDEMAR y por otro lado una base de datos que se alimenta de los reportes de avistamientos de pescadores, barcos turísticos, buzos. Toda esta información sirve para entender el comportamiento de las poblaciones de mamíferos y llevar un registro de su distribución.

Además con el Cluster Turístico Cluster de Bayahibe y La Armada han hecho afiches informativos sobre Remi. En adición, la Armada está informando a los capitanes que van a sacar despacho, que las embarcaciones deben reducir la velocidad.

Pero como Diario Libre pudo observar, muchas embarcaciones siguen transitando a alta velocidad donde hay presencia de manatíes.

Para FUNDEMAR es importante no ofrecer el nado con Remi como un atractivo turístico, el acoso al que se pudiera someter pudiera estresarla y alejarla de la zona. “Si empiezan a perseguirla o a molestarla se irá. Durante las excursiones o buceos regulares, puedes o no encontrarte con ella. Pero creo que no es adecuado venderlo como una atracción”, expresó Sellares.

Nos despedimos de Remi y sus rémoras, regresando a Santo Domingo con el auto recargado y con la esperanza que la amigable manatí de Bayahíbe lleve una larga vida como embajadora de su especie

Remi se acerca curiosa. Por (Marvin del Cid)
El biólogo Omar Shamir Reynoso observa a Remi. Por (Marvin del Cid)
Estas son las rémoras que acompañan a Remi, lo que motivó su nombre. Por (Marvin del Cid)
El fotógrafo submarino José Alejandro Álvarez mientras toma fotográfias de Remi. Por (Marvin del Cid)

Sobre el Manatí

El manatí antillano o del Caribe (Trichechus manatus manatus), se encuentra críticamente amenazado en La Hispaniola. La caza furtiva y muertes accidentales han mermado las poblaciones de estos mamíferos marinos por décadas.

La palabra “manatí” viene del taíno arahuaca para representar este mamífero acuático. Para los taínos, “manatí” quiere decir ¨con tetas¨, y/o pecho de mujer (Reeves et al. 1992).

En República Dominicana, los manatíes, son relativamente más abundantes en las costas noroeste, noreste y en la región sur.

Es en Estero Hondo, Puerto Plata, donde existe una población protegida en un santuario destinado a su conservación. Otros puntos identificados con presencia de estos animales son la Bahía de San Lorenzo en el Parque Nacional Los Haitises, Puerto Viejo en Azua, el Parque Nacional Cotubanamá y el Monumento Natural Isla Catalina.

Guatemalteco con estudios en Ciencias de la Comunicación y amplia experiencia en el campo visual y multimedia. Ha trabajado para varios medios de comunicación en Guatemala y República Dominicana, y sus fotografías han aparecido en importantes publicaciones en diferentes partes del mundo.