Entre el apoyo y el disgusto, así reaccionan varios sectores a las nuevas restricciones por COVID-19

Mayoría se queja de la indisciplina de los ciudadanos que genera el incremento de los casos y obliga a extremar el encierro

Agentes controlan el tránsito en horario de toque de queda. (Diario Libre)

Sin desconocer la importancia de que se adopten más controles para enfrentar el incremento de los casos de COVID-19 que experimenta el país en las últimas semanas, las reacciones a las medidas que este miércoles anunció al Gobierno no han calado por igual en todos los sectores de la sociedad.

La decisión de ampliar el toque de queda entre semana desde las 5:00 de la tarde, con movilidad hasta las 7:00 p.m., y los fines de semana desde las 12:00 del mediodía hasta la 5:00 de la mañana en ambos casos, ha puesto a algunos con el grito al cielo, aunque otros la califican de atinada y muy necesaria.

En lo que todos coinciden es en señalar que la inconsciencia e irresponsabilidad de los ciudadanos que han hecho poco caso a las medidas, ha provocado la agudización de la crisis sanitaria.

Con tono molesto que casi llega a la desesperación, la presidenta de la Asociación de Bares de la Zona Colonial (Abzocol), Grace Heyaime, se quejó de lo ahogado que está ese sector que –afirma- ha recibido golpe tras golpe.

De acuerdo con el nuevo decreto 740-20, los bares, restaurantes y colmadones no podrán recibir clientes que consuman en sus instalaciones hasta el 10 de enero, partiendo desde viernes 1 de enero.

“El Gobierno está sordo, no aplican medidas a favor de las pequeñas empresas que están quebrando, y con estas nuevas medidas en estas fechas, nosotros vamos a quebrar, definitivamente”, dijo.

En las iglesias, cuyas actividades deben cesar totalmente del 1 al 10 de enero, conforme el nuevo decreto presidencial, las posturas están más divididas, aunque reconocen que se trata de medidas necesarias.

El obispo de Higüey, Jesús Castro Marte, dijo estar totalmente de acuerdo con la decisión del Poder Ejecutivo. “Las cosas no andan bien, hay un momento de rebrote y por eso estamos de acuerdo con la medida, y si hay que restringir cualquier actividad, ellos tienen derecho, pues es para defender la vida humana”, manifestó.

Favorece que se coloquen todas las acciones necesarias, debido a la emergencia de salud que se vive actualmente, pero entiende que las medidas adoptadas deben tomarse contra el sector turismo, bajo el entendido de que los casos también llegan con los turistas extranjeros.

“No coloquen las inversiones del turismo por encima de la salud. Que cierren todo, la medida debe ser más prolongada y que cierren todo”, reiteró Castro Marte, tras señalar que la iglesia católica se somete al mandato de las autoridades.

Feliciano Lacen, presidente del Consejo Dominicano de la Unidad Evangélica (CODUE), también dijo que están en ánimo de cooperar con el Gobierno, pero hasta el 10 de enero, porque a partir de entonces, no pretenden que las iglesias están cerradas.

Entiende que se les está vulnerando el derecho a la libertad de culto, pero que, con la esperanza de que la pandemia se controle, cooperaran con las medidas.

“Las iglesias no son el foco de contaminación, nosotros hemos mantenido el protocolo. La indisciplina, el foco está en las fiestas en barrios y provincias, donde se ve gente desbordada. Esa prórroga del 25 fue incorrecta, improcedente, pero como entendemos que la pandemia ha traído descontrol, nosotros vamos a cooperar, pero hasta ese día”, advirtió Lacen.

Desde el punto de vista médico, el infectólogo Clemente Terrero entiende que la decisión ha sido bastante atinada y recuerda que el incremento de los controles era un reclamo de los sectores de salud que han estado trabajando con la pandemia.

“La población que no tiene conciencia de la problemática, sigue contribuyendo con el auge de la pandemia, pues comienza la celebración, las fiestas, las concentraciones y violaciones del conjunto de medidas y, entonces, ha producido que se dispare la tasa de infección en la comunidad” señala Terrero.

A favor también se expresó Servio Tulio Castaños Guzmán, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), para quien las medidas son correctas, atinadas y oportunas.

“El Gobierno lo que ha hecho es reaccionar de manera responsable a lo que han sido la actual coyuntura y en medio de una pandemia mundial que sigue avanzando y que atenta contra la vida de todos los que vivimos en este país, frente a los altos niveles de indisciplina de sectores que conforman la sociedad dominicana”, expresó.

Considera que es “totalmente irracional e inaceptable” en cualquier país del mundo, las inconductas, la falta de respeto y los comportamientos desafiantes a las autoridades que se han visto durante la pandemia por parte de personas que están atentando, no solo con su propia vida, sino con la de los demás”.

“Frente a esa desobediencia, el Gobierno lo que está haciendo es, aun sabiendo que todas estas medidas tienen un costo, imponer el orden frente a este desorden”, dijo.

Es periodista en Diario Libre.