Evangelina Abreu, la psicóloga clínica a la que no la detiene su discapacidad

Dice no querer hablar desde el dolor, sino desde la esperanza

El río que atravesó todos los días para llegar a su escuela en su natal Blanco al Medio, en el municipio Tenares, provincia Hermanas Mirabal, no impidió los sueños ni apagó la llama de las inquietudes de Evangelina Abreu de la Cruz, la joven de 28 años que no ve fronteras, pese a la discapacidad física con la que vive, en una tranquila comunidad de Salcedo.

La que fue alumna sobresaliente, lectora voraz y de voz cuidada, se sabe llena de talentos, y no quiere que se le reconozca por su condición física ni inspirar lástima por sus limitaciones económicas o por su historia familiar, sino por sus capacidades y aptitudes.

Evangelina, con una discapacidad física congénita en sus extremidades que a veces ella misma olvida tener, es la recién graduada que arrancó ovaciones y lágrimas, durante el acto de investidura de la Universidad Abierta para Adultos (UAPA), en Santiago, academia hasta la que viajó todos los días, desde el barrio San José Afuera, en Salcedo, donde reside, para titularse en Psicología Clínica, una carrera en la que dice tiene mucho que aportar.

Matricularse, acudir a diario a la universidad y cumplir con sus responsabilidades curriculares, fue gracias a una red de apoyo o de ‘’ángeles’’ que Evangelina está segura Dios puso en su camino, para suplirles del transporte, de ida y vuelta a la universidad, el internet, el pago de la academia y alimentación.

Su condición física (nació solo con un brazo y una pierna) no es un tropiezo cuando ella misma reconoce que ‘’los límites son mentales’’.

‘’Estoy llena de júbilo, no hay palabras que te pueda expresar. Mucha gente que me conoce me dice: yo soy feliz por ti. Para mí es un privilegio que Dios me haya dado esta oportunidad. Yo me siento bien de ser como soy, y me siento bien como soy, y a pesar de ser así, agradezco las capacidades que considero que tengo’’, dice.

La casa en la que Evangelina vive es prestada desde hace cuatro años por otro de esos ‘’ángeles’’ de su vida, pero su sueño es poder llamar ‘’mi casa’’ algún día, al hogar que la cobije. ‘’Aunque sea de palma. Cuando uno vive en lo propio, esa tranquilidad, no tiene precio y me gustaría tener mi casa, mi rincón que yo diga es mío’’.

La mujer, que dice que siempre se deben tener metas y sueños, para no ‘’estancarse’’ recibió en su casa la visita del senador de Hermanas Mirabal, Luis Reneé Canaán, cuyas promesas de gestionarle los materiales para la vivienda que tendría, no se han honrado.

Evangelina desea tener su casa propia. Por (Foto: Diario Libre/César Jiménez)
La casa en la que Evangelina vive hace 4 años es prestada. Por (Foto: Diario Libre/César Jiménez)