¿Realmente se ha encontrado una cura para el ébola?

El doctor Jean Jacques Muyembe , uno de los investigadores que descubrió el virus del ébola en 1976 y ahora encargado de liderar la respuesta contra esta epidemia que asola el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), que ha asegurado, en una entrevista con Efe, que “es realmente posible” acabar con ella en 3 o 4 meses. (EFE)

“El ébola ya no es sinónimo de muerte”, dijo esta semana Jean-Jacques Muyembe, el coordinador de la respuesta al brote del virus que azota el noreste de la República Democrática del Congo (RDC). Dos tratamientos han demostrado tener gran eficacia, pero ¿significa eso que el ébola tenga cura?

Un comité independiente reveló esta semana que dos tratamientos que se estuvieron usando en la epidemia de las provincias congoleñas de Kivu del Norte e Ituri - que deja ya 1.905 muertos en 2.842 casos - muestran muchas probabilidades de sanar a los enfermos.

Este hallazgo, que no implica que haya una cura al 100 %, es muy positivo y “muy prometedor”, según expertos médicos, e incluso Muyembe lo calificó en una reciente entrevista de “la mejor noticia del año”, pero solo funciona si se suministra en los primeros días y no significa que vaya a acabar con la enfermedad. Para eso hacen falta muchos más esfuerzos.

¿Qué se ha descubierto?

El estudio realizado se llama Pamoja Tulinde Maisha (”Juntos salvamos vidas”, en suajili) y comenzó a finales de noviembre de 2018 en la RDC. Pretendía comprobar la efectividad de 4 agentes moleculares contra el ébola y en él participaron 700 pacientes congoleños que se contagiaron este año.

El 9 de agosto, un comité independiente revisó el estudio y recomendó pararlo y usar solo dos de estos agentes, el REGN-EB3 y el mAB114. Esto fue porque, de 499 participantes, los que habían recibido uno de estos dos tratamientos tenían “muchas más probabilidades de supervivencia” que los otros.

Además, como incide la doctora Díaz, “combatir un brote de ébola va mucho más allá que los tratamientos terapéuticos”.

Esto quiere decir que ahora se sabe que hay una vacuna que ayuda a inmunizar contra el virus y dos tratamientos que tienen muchas probabilidades de curar si se suministran rápido, pero para erradicar la epidemia hay que hacer otras actividades sociosanitarias y sociológicas de prevención, concienciación y de seguimiento.

Asimismo, “puedes tener el mejor tratamiento posible”, recuerda Encinas, pero siempre puede haber barreras que impidan a la población llegar a él: que esté lejos, que haya problemas de seguridad -como en este brote-, que no se confíe en quienes lo suministran o muchas otras cuestiones más allá de lo médico.

¿Qué va a pasar ahora?

Se va a seguir usando estos dos medicamentos y todos los seguimientos para que los infectados sean detectados a tiempo y accedan a que se les administren.

Sin embargo, estos tratamientos que están siendo usados de forma gratuita por estar aún bajo ensayo, cuando se publiquen los resultados finales de su efectividad, contarán con una patente y entrará en juego la guerra de precios que hay con cualquier medicamento.

“Si existe (cura), pero son 10.000 dólares el tratamiento, ¿quién se lo va a poder permitir?”, cuestiona Encinas.

Y esto juega en contra de los gobiernos de países en desarrollo y con sistemas sanitarios debilitados.

En RDC, incluso aunque el doctor Muyembe estuvo detrás de la idea de usar los anticuerpos de un superviviente, el tratamiento ha sido desarrollados en laboratorios estadounidenses, por lo que la propiedad no va a ser congoleña, según reconocieron al medio local Politico fuentes del ministerio de Sanidad congoleño.

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