Extraen clavo que hombre se incrustó en la cabeza porque sentía su “cerebro flojo”

Fue intervenido exitosamente en el hospital Cabral y Báez y fue referido a psiquiatría

Natanael García Polanco, quien se incrustó un clavo en la cabeza porque, según él, se sentía el “cerebro flojo”, es visto después de ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital José María Cabral y Báez. (Diario Libre/César Jiménez )

El hombre de 33 años de edad que ayer se incrustó un clavo en la cabeza porque sentía su “cerebro flojo” fue intervenido exitosamente en el Hospital José María Cabral y Báez, en Santiago, en donde se le extrajo el objeto metálico sin que se produjera ninguna lesión importante.

En medio de un estado de alucinación que le provocó el consumo de drogas, Natanael García Polanco, oriundo del Batey 3 del municipio San Felipe de Puerto Plata, se perforó el cráneo con el clavo y fue llevado al hospital Ricardo Limardo de esa ciudad, donde relató que, además de la tachuela en la cabeza, también se clavó una espina en una oreja.

La doctora Cristina Martínez, jefa de servicios de Neurocirugía del Cabral y Báez, a través de la encargada de Comunicación del centro, Yadira Martínez, informó del éxito de la intervención,

García Polanco fue referido a consultas en Psiquiatría, debido a su condición mental y deberá presentarse a evaluación cada quince días.

Desesperación de la familia

Los familiares de García confesaron hoy que están preocupados por el estado mental de su pariente. Juan Tomás García, su padre, dice que la familia tiene miedo de que el hombre atente otra vez contra su vida o haga daños a terceros.

Angustiado, pidió ayuda para poder ingresar a su hijo en algún centro donde pueda tratarse su adicción, pero reconoce que la condición mental es también una complicación.

Dijo que su hijo “se volvió así, como loco”, desde hace cinco años cuando empezó a usar drogas y que ha atentado contra su vida varias veces, incluyendo una en que se cortó el cuello.

“A él le dieron de alta, le hicieron un examen y salió bien, lo operaron del clavo”, corroboró el progenitor, quien explicó que con frecuencia su hijo alucina, debido a su adicción.

“Él una vez se cortó el cuello también y na`, que él mismo se clava cosas; lo teníamos en una guardería en Maimón y se fugó” contó.

Al señor Juan Tomás García le preocupa no tener los recursos económicos suficientes para trasladarse cada quince días a las consultas con su hijo desde Santiago a Puerto Plata y cubrir su tratamiento médico.

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