Hierros y sistemas de vigilancia no impidieron que ejecutiva bancaria fuera víctima de asaltantes

La casa en la que residía la ejecutiva bancaria ultimada la madrugada del pasado lunes por desconocidos que intentaron penetrar presuntamente con intenciones de robar en el Residencial Las Acacias II en Santo Domingo Este está dotada de fuertes medidas de seguridad y vigilada por cámaras, lo que no impidió que fuera víctima de los delincuentes.

La vivienda marcada con el número 7 de la calle Central del referido residencial en que vivía junto a su familia, Julissa Margarita Campos Hernández, de 43 años, tiene hierros en el frente y todos sus laterales, en uno de ellos incluso una malla ciclónica sobre una pared con mayor altura a la de la vivienda que la rodea por completo, dejando solo pequeños callejones.

Sobre el resto de la pared y el portón de la marquesina que da directo a la calle hay verjas con metales puntiagudos que impedirían que alguien cruce sin herirse. En la marquesina hay una cámara de seguridad enfocando a la calle y en la galería una caja metálica donde aparentemente recientemente había otra.

Todo eso no fue obstáculo para que un individuo hasta el momento desconocido penetrara a la galería de la residencia e intentara abrir un hueco para forzar la reja que cubre la ventana de la parte frontal, según se pudo observar al visitar la vivienda que este miércoles permanece completamente cerrada y sin nadie en su interior.

En cristal de la ventana que da a la galería se aprecia la perforación hecha por el disparo hecho por la persona que forzaba para entrar, al percatarse de que habían notado su presencia, el que impactó en el pecho de Hernández y le produjo la muerte.