¿El fin de las estaciones de gasolina?

Nuestra civilización poco a poco se ha dado cuenta de que necesita romper la dependencia de los combustibles fósiles (petróleo, carbón mineral y gas natural son los principales). A pesar de que con frecuencia se encuentran nuevos depósitos de petróleo crudo y gas natural, la realidad es que las reservas mundiales son limitadas (y cada vez se está produciendo menos). Un dato revelador con relación al petróleo: Más del 50% de los productos derivados de petróleo terminan en las estaciones de combustible (gasolina, gasoil y lubricantes).

Por otro lado, nuestros autobuses y vehículos, por eficientes que sean, son responsables de más del 36% de las emisiones que contribuyen al “efecto invernadero” o calentamiento global. Es imperativo que desarrollemos nuevas fuentes de energía.

Aparte del petróleo, el carbón mineral y el gas natural, aunque distintos en naturaleza, también influyen en el calentamiento global e incrementan las emisiones de CO2. Estos combustibles fósiles representan más del 78% de toda la fuente energética del mundo. Las energías renovables han venido en aumento, y ya equivalen a un 19% de la matriz energética.

La electricidad como motor

Los automóviles eléctricos lideran un cambio de paradigmas que ocupará buena parte de este siglo. Se estima que existen cerca de 750,000 automóviles eléctricos circulando en las calles de ciertas ciudades. (Tesla Motors lidera ampliamente ese mercado). Aunque esa cifra apenas representa menos del 1% de todo el parque vehicular mundial, se espera que para el 2040 los autos eléctricos conformen el 35% del pastel.

¿Cuándo entonces morirán las estaciones de gasolina?

Es imposible saberlo a ciencia cierta, pero algunas cosas ya tienen fecha. Alemania está buscando que la Unión Europea prohíba los automóviles basados en hidrocarburos para el 2030, y con ello ayudar a reducir en un 95% las emisiones de CO2 que produce el país actualmente antes de mitad del siglo. Si bien la iniciativa encontrará mucho rechazo, llama la atención que ha provocado apoyo de sectores interesados, incluyendo varios fabricantes de vehículos.

Otros países del viejo continente como Francia e Inglaterra plantean establecer multas e impuestos especiales al uso de combustibles fósiles a partir del 2020, y prohibirán su manejo durante los fines de semana.

Aunque estas medidas parezcan pequeñas o difíciles de lograr, sin dudas envían una señal de esperanza para que el mundo tenga un verdadero respiro de aire menos contaminado. Probablemente la generación de nuestros nietos no conocerá las estaciones de combustible.