La fallida carrera escolar tras las Grandes Ligas

Abandonar el horario regular de la escuela es una de las primeras consecuencias de buscar un futuro en el béisbol

La deserción escolar entre jóvenes peloteros es un problema social que inquieta a más de uno en el país. (Diario Libre/Eddy Vittini)
SERIE ESPECIAL #JugadaSucia
POR Tania MolinaMariela Mejía
A sus 13 años “Luis” casi no tiene tiempo para estudiar las clases del 3ro. de Media. Se levanta temprano, de lunes a viernes, para cumplir una jornada de entrenamiento deportivo, desde las 8 de la mañana hasta caída la tarde, que incluye practicar en el play y hacer ejercicios.

Hace dos años que se entrena como jugador de béisbol en la Academia MVP, en Santo Domingo Este, adonde lo llevó un enlace que identifica como su jefe. El centro le facilita alimentación, insumos y alojamiento en una pensión que comparte con otros peloteros adolescentes.

Como su entrenamiento es continuo, el tiempo de estudios quedó relegado a cuatro horas los sábados, de 2 a 6 de la tarde. “Todos los días”, como dice, extraña cuando iba a la escuela en el horario en que ahora se entrena.

“¿Quién no extrañaría eso?”, cuestiona un compañero de “Luis” que está en 4to. de Media con 15 años. “Pero para uno poder conseguir su futuro hay que esforzarse”. Antes asistía a un colegio en Mao, Valverde, donde monitoreaban sus calificaciones. Ahora estudia los domingos, cuatro horas en la mañana, y se siente forzado. “Los sábados o domingos uno quiere descansar”.

Abandonar el horario regular de la escuela es una de las primeras consecuencias que tiene para los adolescentes dominicanos la búsqueda de su futuro en las Grandes Ligas. A la vez, es una de las primeras preocupaciones que expresan sectores vinculados al ámbito deportivo y educativo, debido a la cantidad de jóvenes que, al final, quedan “fuera de juego” sin firma y sin la formación profesional necesaria para insertarse en el mercado laboral.

En 2015, Diario Libre publicó una historia en la que planteaba, basado en datos del sector, que de 2,642 jugadores firmados entre 2004 y 2009, solo 110 habían logrado jugar en las Grandes Ligas, equivalente al 4 %.

Datos que aporta la Major League Baseball (MLB) indican que entre 2014-2018 los equipos de Grandes Ligas firmaron a 2,022 jugadores dominicanos. En igual período, solo 147 peloteros dominicanos debutaron en las Grandes Ligas, según el reporte anual de nuevos debutantes que publica la página web baseballreference.com, que compila estadísticas deportivas.

Apenas cinco de los que jugaron por primera vez en ese nivel corresponden al periodo señalado: tres firmados en 2014 y dos en 2015; los 142 restantes firmaron entre 2001 y 2013.

En la actualidad, hay aproximadamente 149 jugadores dominicanos en la rotación de 40, reporta Yerik Pérez, director interino de la Oficina del Comisionado de la MLB en el país.

Cuando “Luis” conversó con Diario Libre en diciembre pasado, tenía dos sábados sin asistir a clases porque, si lo hacía, se desconcentraría para unas actividades deportivas que se realizaban los lunes. “Yo no faltaba antes a la escuela, mi mamá me atacaba. Faltaba un mal día, así, que estuviese lloviendo o cuando decían que no había clases”, recuerda.

“Luis” y su compañero pelotero estudian en una modalidad especial educativa en la que comparten aulas con personas de su edad y también adultos. Han notado que su rendimiento académico ha disminuido desde que estudian los fines de semana.

Miguel Batista, un exjugador de Grandes Ligas que colabora con la escuela de béisbol U League, que combina la pedagogía con las prácticas, es uno de los que han alzado la voz ante lo que califica como un daño a la sociedad dominicana.

“Ahora mismo, por ejemplo, en la MLB hay un problema de muchos peloteros que son analfabetos y ese problema se ha tratado de enfrentar de muchas maneras”, dice Batista. “Pero el problema es cómo tú le haces a un tipo que ahora es millonario, que tiene 25 años, que vaya a coger clases con niños de 14 y de 13 porque dejó la escuela cuando estaba en 8vo. curso”.

Agrega: “Eso es un problema que le hace un daño a la sociedad dominicana porque a esos niños los sacan a los 11 y 12 años de la escuela para que vayan a practicar béisbol profesional”.

Batista hace cálculos basados en cifras que atribuye a la MLB. “De los que se reportan cada año, de acuerdo a la MLB, para firmar ese año en el famoso julio 2, ellos reportan 6,000 niños de 15 años y 16, sin contar los de 17, 18; de esos 6,000 van a firmar 430 y los otros (...) van a tratar si firman el año que viene, ¿y si no los firman? Entonces tú estás hablando que, de esos 430 que ellos firman, llegan cinco a Grandes Ligas y duran un día”.

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En 2015, el entonces ministro de Educación, Carlos Amarante Baret, ofreció declaraciones a la prensa en las que calificaba de fatal la situación de la deserción escolar en los jóvenes peloteros.

“Es fatal porque se descuida la formación integral de estos atletas”, dijo. “Muchas veces, hasta aquellos que triunfan, uno observa cómo carecen de ciertas herramientas formativas que les pudieran llevar a un comportamiento mejor como hombres ya establecidos en las Grandes Ligas”.

Anunció en ese entonces que se realizarían programas con los equipos de la MLB para permitir que los jóvenes sigan estudiando.

Diario Libre solicitó información a los actuales incumbentes del Ministerio de Educación sobre el alcance de esos programas, y sobre la situación actual de deserción por motivos de la pelota, pero no respondieron a la solicitud.

“Cuando iba a la escuela los sábados lo que iba era a dormirme. Hablé con mi mamá, con mi familia, y ellos me hicieron la propuesta: pelota o escuela”. Jugador de béisbol

Adolescentes observados

A sus 20 años, un prospecto que firmó por US$10,000 está cursando los últimos grados de Media con un profesor particular que va al complejo deportivo del equipo. Él detuvo los estudios en 4to. de Media y pasó un año sin ir a la escuela. “La meta mía era firmar para poder sacar adelante a mi mamá”, dice.

Otro pelotero que hace dos años logró firmar por un bono de US$625,000, cursa, a sus 18, el 2do. de Media. Ahora que está bajo los estándares internacionales, el equipo monitorea que siga educándose de forma presencial y virtual, a diferencia de cuando se entrenaba en un programa dominicano y decidió abandonar los estudios a los 14 años para enfocarse en el béisbol.

“Cuando iba a la escuela los sábados lo que iba era a dormirme”, recuerda. “Hablé con mi mamá, con mi familia, y ellos me hicieron la propuesta: pelota o escuela, y yo le dije: Bueno, voy a perder dos años de escuela y voy a ver qué pasa”.

Los entrenadores tienen un monitoreo constante de sus peloteros para que no se distraigan con asuntos que disminuyan su rendimiento. Hay programas que les suplen el pago de la escuela, del gimnasio, alimentación, práctica, preparador físico, en ocasiones clases de inglés y viajes. Todo eso lo compensan con el porcentaje de hasta 50 % que se pauta en un contrato que establece lo que deberá repartir el pelotero de su bono si lo firma un equipo de Grandes Ligas.

“Para uno estar monitoreando todo lo que hace fuera del terreno de juego, tiene que tenerlo cerca, porque si, por ejemplo, está en su casa tiene un videojuego y se puede acostar tardísimo, tiene el celular y se puede acostar tardísimo”, dice un entrenador independiente en Santo Domingo Este, con 19 años en el medio. Él construyó un anexo en su residencia donde en enero tenía hospedados a un jugador de Barahona y a otro de la capital.

Desde el Ministerio de Trabajo, entidad estatal que debe velar porque el trabajo que se permite a un adolescente no perturbe su asistencia regular al centro educativo, argumentan que no tienen competencia para intervenir en el sistema de entrenamientos de peloteros que concentra jornadas diarias como las que cumple un trabajador y relega, muchas veces, las horas de estudio.

“La práctica deportiva se considera un entrenamiento, no un trabajo, y por tanto, al no haber una relación laboral dependiente sino una relación de entrenador-entrenado, esto escapa al ámbito de competencia del Ministerio de Trabajo cuya incidencia se enmarca dentro de un contrato de trabajo en donde haya una relación trabajador-empleador”, indicaron desde el Ministerio.

En el Ministerio de Deportes y en el Comisionado de Béisbol de la República Dominicana sí entienden que este aspecto se tiene que regular.

“En cuanto a la inducción que provoca la deserción escolar, se debe prevenir dicha acción, evitando que nuestros prospectos abandonen su nivel escolar con miras de alcanzar el grado de bachiller para así garantizar su inserción productiva en la sociedad”, plantea el comisionado nacional de béisbol, Ricardo (Ricky) Noboa, en una carta de intención para un proyecto de ley que busca crear el marco jurídico para prevenir y penalizar el dopaje y la deserción escolar en los prospectos de béisbol.

El ministro de Deportes, Danilo Díaz, informa que la Asociación de Peloteros ha denunciado las situaciones irregulares ante él, el presidente de la República y el procurador general. Anticipa que se dan las formas finales para firmar, a más tardar en abril, un acuerdo tripartito entre la cartera que dirige, el Ministerio de Educación y la MLB, que permitirá que esta última exija como requisito para firmar a un prospecto que los jugadores provengan de programas donde continúen estudiando en la escuela y no perjudiquen su salud.

Estudios en línea para deportistas

Jorge Pérez-Díaz, vicepresidente senior y asesor legal especial de asuntos internacionales y litigios de la MLB, observa que todos los 30 equipos de las Grandes Ligas tienen presencia en el país y ofrecen programas de educación en sus academias. “Veintiséis de esos equipos tienen programas de graduar del bachillerato, los otros cuatro están completando (...) Lo van a tener antes de que termine el año, de hecho hay dos equipos que están listos, lo que pasa es que sus facilidades las están construyendo y están esperando que estén construidas para empezar”.

El ministro de Deportes anticipa que el Gobierno trabaja en impedir que los peloteros abandonen su escolaridad.

El 31 de enero de 2017 el presidente Danilo Medina asistió a la inauguración de la renovada academia de béisbol de Los Dodgers de Los Ángeles en San Antonio de Guerra. A la actividad también asistió el comisionado de las Grandes Ligas, Bob Manfred.

El ministro recuerda que en esa actividad se desarrolló una reunión durante casi media hora entre el mandatario y ejecutivos de la MLB en la que Medina externó su preocupación por los jóvenes que firman pero no llegan a las Grandes Ligas y son devueltos al país a comenzar de nuevo, muchas veces sin haber terminado los estudios.

“El presidente tenía interés en cómo detener eso”, afirma Díaz. Según recuerda, el comisionado observó que para enfrentarlo se debía trabajar desde abajo, con los programas independientes y los “buscones”.

Díaz informó que, a raíz de ese encuentro, se formó una comisión que a enero pasado se había reunido en 14 ocasiones. Citó que la integran el consultor jurídico del Poder Ejecutivo, Flavio Darío Espinal, y los ministros de Educación, Andrés Navarro (quien renunció al puesto y en su lugar está Antonio Peña Mirabal), y el de Deportes. En las reuniones también se agregó el tema de la salud de los prospectos y cómo prevenir el dopaje.

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Díaz adelanta que se diseña un sistema en línea, autorizado por el Ministerio de Educación, que servirá para que los deportistas puedan estudiar de forma virtual.

Para acceder a un programa virtual, se necesitará una certificación del Ministerio de Deportes. Además, la cartera certificará a los atletas para que puedan aplicar y la MLB se asegurará de que todos estén estudiando. Esto se formalizará en el citado acuerdo tripartito que involucrará a Deportes, Educación y la MLB.

Los peloteros tendrán la opción de estudiar de manera presencial o en línea. “Lo que no va a haber es excusa para que nuestros muchachos (no) estén sometidos, estén incorporados al sistema educativo nacional”, precia Díaz.

Al preguntarle si un pelotero que no haya terminado los estudios no podrá ser firmado, el ministro respondió que no quiere ser categórico cuando todavía no se ha oficializado el acuerdo. “Uno de los requerimientos para estar en los programas es que el niño o el joven que esté entrenando tiene que estar estudiando -agrega-, eso va a ser una condición para nosotros poder certificar ese programa y que pueda ser reconocido por la Major League Baseball”.

En los Estados Unidos, la MLB ejecuta el draft en junio de cada año para seleccionar a los jugadores de primer año del béisbol de las Grandes Ligas. A este pueden aplicar residentes en los Estados Unidos (incluido Puerto Rico) o Canadá. Las categorías para ser reclutados son: Jugadores de la escuela secundaria, para aquellos que se han graduado de la secundaria y aún no han asistido a la universidad; Jugadores universitarios, que son de universidades de cuatro años que han completado sus años junior o senior o tienen al menos 21 años de edad; y Jugadores universitarios menores, independientemente de cuántos años de escolaridad hayan completado.

Según Pérez, exigir que en la República Dominicana un pelotero sea al menos bachiller para firmarlo, se escapa del alcance de la MLB. “Eso requeriría legislación, nosotros no podemos legalmente exigir eso, tenemos limitaciones legales”, argumenta. “Pero si en República Dominicana hacen una ley que requiera eso, pues entonces sí no habría problema”.

Referente a la regulación de los entrenadores, el ministro aseguró que Deportes se encargará de supervisar, certificar o dotar de licencias a los programas y ligas, y quienes no se adhieran a esta norma no serán tomados en cuenta para firmar con equipos de las Grandes Ligas.

Díaz entiende que cuando se discuta la reforma de la ley de deporte se contemple que el Estado reciba algún beneficio por la firma de los jugadores, que quede algo para el mismo desarrollo del béisbol y de los programas.

La intención de regulación desde ya anticipa cuestionamientos. “Ese sería un acuerdo en el cual el Estado también tiene que dar para recibir, manos que dan esperan”, dice un entrenador que prefirió no ser identificado. “Dentro de algunas reuniones que se han hecho se le ha planteado eso al comisionado del béisbol: ¿qué tú puedes dar?, porque, en mi caso, ¿cuántos bates yo uso al año?, ¿cuántas pelotas yo uso al año?”.

De la necesidad de tener más controles en el béisbol dominicano no profesional alertaba desde 2011 Sandy Alderson, entonces presidente del Comité de Supervisión de Actividades de MLB en América Latina y gerente general de los Mets de Nueva York.

Alderson participaba del simposio “Metas y desafíos de MLB en la República Dominicana”, que organizó esa organización junto a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).

Advertía que el béisbol dominicano irá perdiendo atractivo si los problemas denunciados, como el dopaje y el fraude de identidad, no se corrigen.

Otro problema que citó fue el de la educación, por el que llamó la atención sobre el papel de los entrenadores independientes para que asuman que a sus talentos deben dedicarles tiempo para formarse. “Un prospecto más educado es un mejor prospecto. Puede saber más de su potencial, absorber más y mejor información, y adaptarse a los cambios profesionales que va a encarar en su carrera”, aseguró.

Un modelo híbrido sin acuerdo

Mientras Batista conversaba con Diario Libre, se volteaba a mirar de vez en cuando el partido que se jugaba a sus espaldas y que se transmitía por internet. Eran jugadores de la U League, una academia que el año pasado se asoció con la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu) para usar el play que tiene su campus en el Distrito Nacional, como parte de sus planes deportivos y los educativos que completa en un local en Los Prados.

“Nosotros llevamos el mismo sistema que se usa en Estados Unidos en el high school, donde el béisbol simplemente es un camino para la educación porque tú lo estás buscando como un vehículo para tu conseguir una beca y no tienes que pagar una universidad. Por la mañana ellos aprenden el juego del béisbol y por la tarde tienen que cumplir sus horas académicas”, explica Batista.

Pablo Ulloa tiene a su cargo la dirección de la academia, que funciona desde 2015. Explica que el programa educativo-deportivo comienza en agosto y termina en junio, similar al calendario escolar regular, y los peloteros residen con sus familias.

“Con nosotros tú no vas a tener un muchacho que va a tener que dejar de ir a su clase porque nosotros nos inventamos un try out, o porque nos inventamos un viaje, o porque al entrenador se le ocurrió que él tenía que batear 500 pelotas a la hora tal, porque, a diferencia de los otros programas que tu puedas ver, nosotros tenemos nuestra propia infraestructura y eso nos permite manejar nuestro propio tiempo”, explica Ulloa.

Ulloa, un sicólogo especializado en formación deportiva, cuestiona que la mayoría de los entrenadores independientes enseña el deporte en estadios públicos sin que se les exijan ciertos parámetros. “¿Dónde practica la mayor cantidad de los entrenadores independientes? En estadios públicos que son del Ministerio de Deportes. Entonces, ¿cómo Educación permite que los muchachos salgan de la escuela?, ¿cómo Deportes le presta su infraestructura al entrenador independiente?, ¿y cómo Salud Pública no condena al médico, al entrenador y al padre que inyectaron a un estudiante atleta, en ese caso a un pelotero?”.

El sicólogo asegura, además, que cuando a un pelotero no lo firman, es muy probable que se deprima. “Es una primera enfermedad que vas a ver y dentro de la familia se da una crisis porque el papá, en algunos de los casos, te cuestiona, y en el otro no te entiende”.

El entrenador Laurentino Genao, que preside la Asociación de Entrenadores y Scout Independientes de República Dominicana, explica que un jugador no se puede “hacer” de 4:00 a 6:00 de la tarde y, aunque prefiera que a los niños los firmen luego de cursar la educación Media, aclara que es un tema de negocios.

“Es difícil que un niño se pueda adaptar, porque cuando firman a los 16 años, duran alrededor de dos años en las academias nacionales terminando sus estudios o practicando (...), después de dos años pueden viajar a los Estados Unidos y, si firmaran a los 18, salieran (a Estados Unidos) a los 20”, dice.

Indica que esos dos años de diferencia pueden limitar la cantidad de contratos que tenga un jugador dominicano que, una vez llegado a Estados Unidos, puede pasar siete años antes de conseguir entrar a Grandes Ligas. “Ya a los 21 los peloteros estadounidense están entrando a Grandes Ligas y el jugador dominicano estaría entrando alrededor de los 25 a 26 años”, expone.

“¿Cómo Educación permite que los muchachos salgan de la escuela?, ¿cómo Deportes le presta su infraestructura al entrenador independiente?”. Pablo UlloaSicólogo y directivo de U League

Criterios legales

Sobre las vulneraciones a los niños que reconocen ministros y entrenadores, Diario Libre cuestionó al Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani).

“En el ámbito particular que se investiga, Conani no posee jurisdicción especial, dado que es una competencia del Ministerio de Deportes a la hora de regular el adecuado tratamiento de niños y adolescentes en centros de entrenamiento del mencionado deporte”, respondió la entidad estatal vía correo electrónico.

Agregó que, en caso de existir una vulneración de derechos, debidamente denunciada y canalizada por el Ministerio Público, Conani entraría en acción “siempre y cuando la Procuraduría decidiera que es idóneo proceder con la entrada al sistema del niño o adolescente”.

Desde la Procuraduría no respondieron a las solicitudes de información que le hizo Diario Libre.

La abogada especializada en asuntos de niñez y familia, Dilia Leticia Jorge Mera, recuerda que el Código de Trabajo, en lo referente a los menores de edad, establece: “No pueden ser empleados en servicios que no sean apropiados para su edad, estado o condición o que les impida recibir la instrucción escolar obligatoria”.

Recuerda que el Código prohíbe el trabajo de menores de 14 años, pero, en beneficio del arte, la ciencia o la enseñanza, y mediante permisos individuales, se puede autorizar que menores de esa edad puedan ser empleados en “espectáculos públicos, radio, televisión o películas cinematográficas o figurantes”. En esos casos, el empleador del menor de edad está obligado a concederles las facilidades adecuadas para que el niño pueda cumplir con sus programas escolares. “Es decir, que mientras se le proteja el derecho a la educación, aunque varíe la forma de impartir los programas de estudios, entiendo que no se le está violentando sus derechos, siempre y cuando tengan acceso a los estudios”, plantea la abogada.

Si a “Luis”y a su compañero los firman, está preacordado que aproximadamente o más del 40 % de sus bonos será para el dueño del programa donde se entrenan, su jefe y otros intermediarios. Han llegado a pensar en qué pasaría si no logran un bono. “Sería difícil. Tanto esfuerzo para nada. Perdí mucho desarrollo de clase”, comenta uno de ellos.

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• Lea los reportajes anteriores de esta serie de investigación:

La caja tramposa que trae la pelota dominicana

Dosis letales: cuando los esteroides sacan del juego al “superpelotero”

Editora de Economía y docente de periodismo. Se ha especializado en periodismo de investigación, multimedia y de datos.

Es periodista en Diario Libre.