Astros sepultaron integridad béisbol

Rob Manfred

El postulado del Barón Pierre de Coubertain “de mente sana, en cuerpo sano”, hace rato que está en el zafacón de la historia, bien, pero bien guardado en un archivo muerto, porque en el deporte la trampa y el robo se han convertido en la visa del éxito falso.

El doping está tan imbuido en el deporte, que es casi imposible extirparlo. Y esto se da mientras existan competencias, premios y patrocinadores exigentes, el deportista hará todo lo sea posible por ganar sin importar el riesgo.

El atletismo, el ciclismo, la halterofilia son deportes preñados de dopaje.

Ahora las técnicas “Alcaponianas” están dentro del corazón del béisbol a través de las malas mañas de alta tecnología de los Astros de Houston con su robo de señas le han quitado la virginidad a la integridad y seriedad del juego.

El comisionado Rob Manfred está dictando castigos para evitar que la credibilidad del espectáculo se pierda, pero ese cáncer no se cura con jarabe.

Y es que todo ha cambiado y hasta el béisbol hoy ya tiene manchas de Dálmata que no se borran con excusas vía comunicados.

La malicia del “viejo” béisbol, si es que así podemos llamarlo, tenía su picardía y sapiencia cuando un equipo colocaba un par de técnicos para que observaran, desde el banco, las señas que ofensivamente indicaban los mánagers y especialmente el coach de tercera base, para saber si el corredor tenía luz verde para desplegar su velocidad, si estaba autorizando un robo de base o si el toque de bola podría ser la estrategia ofensiva por las condiciones del juego, o si el bateo y corrido estaba autorizado, o si había que irse al conteo profundo y lograr la base por bolas. Y otras tantas jugadas que son parte del juego.

Hoy todo cambió, hoy todo se derrumbó y los Astros con su robo de luz le han dado un apagón a la fe y a la pureza del fanático del béisbol.

Félix Mario Aguiar, cuando era presidente de los Leones del Escogido, decía que “el béisbol era romo y jupeo”. O sea, cuerda sana y sin ofensas.

Hoy leemos y escuchamos mensajes en las redes sociales de peloteros y fanáticos que rompen todos los requisitos de la decencia. En buen dominicano se pasan de la raya.

La cuerda sana ayuda al espectáculo, pero los improperios como los emitidos por Jonathan Villar hunden a su autor.

Un día como hoy: 1958, Dick -El Peje Cajón- Stuart, en la victoria de las Águilas del Cibao sobre las Estrellas Orientales 3-1, disparó su jonrón 14 (13 de ellos en el Estadio Trujillo), contra el lanzador Carlton Willey, para borrar el récord de 13 que estaba en poder del cubano Pedro Formental, conocido como “Perico 300” que los facturó en la campaña de 1951.

“He sido acusado de toda muerte excepto de la lista de bajas de la guerra mundial”... Al Capone

Cronista deportivo. Amante del béisbol y sus vivencias.