Arena, altura y calor, los elementos a lidiar por los pilotos del Dakar 2018

Una moto similar a la que se usa en competencia es exhibida el miércoles 03 de enero del 2018, en el ‘Dakar Village’, en Lima (Perú), la feria que sirve de preludio a la partida del rally más duro del mundo, que abrió sus puertas con un marcado acento a la cultura y las costumbres de Perú, que por segunda vez es el escenario de la salida de este ‘raid’. (EFE/Ernesto Arias)

LIMA. La arena de las dunas peruanas, la altitud del altiplano boliviano, y el calor del accidentado territorio argentino son los tres elementos que agrandan el desafío del Dakar 2018 para sus corredores, cuya resistencia y capacidad de competencia serán puestas a prueba hasta el límite en esos extremos escenarios.

La carrera tendrá cinco días sobre el desierto peruano, luego otras cinco jornadas a más de 3.000 metros de altitud y culminará con cinco etapas más por la variada y complicada orografía del noroeste de Argentina, sin opción para confiarse un solo instante.

A excepción del día de descanso previsto en La Paz, la carrera apenas dará respiro a los participantes en sus catorce etapas, pues desde el primer día se adentrará en el desierto peruano, cuyas dunas de arena fina y blanda serán las primeras trampas a sortear por los pilotos.

La mayor parte de las etapas en Perú transcurrirán fuera de pista, lo que obligará a afinar las dotes de navegación de los participantes para no quedarse relegados a las primeras de cambio, especialmente en la cuarta etapa, con uno de los tramos arenosos más largos de la historia del Dakar, de hasta 100 kilómetros ininterrumpidos de competición.

Al despedirse de la desértica costa del océano Pacífico, el Dakar tomará altura y llegará por primera vez a la orilla occidental del Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, con 3.800 metros de altitud, desde donde partirá el segundo tramo cronometrado de la sexta etapa, que terminará en La Paz.

Los corredores deberán aprovechar el día de descanso en la capital boliviana para coger aire y aclimatarse a la altura, que unida al frío puede jugarles malas pasadas en las pistas que seguirán rumbo al sur.

También deberán cuidar mucho sus vehículos, pues la etapa maratón prevista en este escenario les impedirá reparar los desperfectos o averías antes de afrontar la especial más larga del Dakar, con 500 kilómetros cronometrados entre Uyuni y Tupiza.

Seguidamente, los pilotos cambiarán el frío por el calor del norte argentino cuando se adentren en la provincia de Salta, donde se encontrarán con una sucesión de pistas rápidas sin margen nuevamente para el error.

Será el preludio para Súper Fiambalá, uno de los escenarios más famosos del Dakar en Sudamérica, la segunda etapa maratón para motos y quads, y donde sus sectores de arena y pedregales con barrancos y ríos pueden ser cruciales para decidir quién pisará el podio.

La ruta final hacia Córdoba tampoco será un viaje de placer, pues habrá dunas y paso de fesh-fesh (arena fina y blanda) en el que hay mucho que perder y poco que ganar a pocos kilómetros de llegar a la meta.