Bernal reina en el Tour y Colombia cumple su sueño amarillo

El colombiano Egan Bernal, del Equipo Ineos, viste el maillot amarillo de líder general durante la vigésima etapa de la 106a edición de la carrera ciclista del Tour de Francia en 59.5 km entre Albertville y Val Thorens, Francia. , 27 de julio de 2019. (EFE/EPA/Guillaume Horcajuelo)

A falta del paseo del campeón el domingo en París, Egan Bernal (Ineos) se convertirá en el primer colombiano que gana el Tour de Francia, tras una penúltima etapa en Val Thorens este sábado en la que se impuso en solitario el italiano Vincenzo Nibali (Bahrain).

“Esto es como la droga, un vicio, ganas el Tour y ya piensas en el otro, ¿qué viene más? Pero tengo que esperar a mañana”, señaló Bernal en rueda de prensa.

En una 20ª etapa reducida a 59 kilómetros (en vez de los 130 previstos) debido al estado de las carreteras por las tormentas en los Alpes, el colombiano entró en la meta de Val Thorens, a 2.365 metros de altitud, de la mano de su compañero Geraint Thomas, ganador en 2018, dejando una bella imagen del relevo generacional.

Thomas da el relevo en meta

“Toda la etapa fui pensando, kilómetro a kilómetro, cada vez me queda menos. Cuando Geraint me dio la mano comprendí que había ganado el Tour. Falta llegar a París, es increíble, no me lo creo”, dijo Bernal.

Movistar, ataques individuales

En los últimos diez kilómetros el Jumbo se encargó de estirar el grupo de los hombres importantes, a la espera de un ataque de su líder Kruijswijk, que no llego tras asegurar el podio por el bajón de Alaphilippe.

Sin una táctica muy definida, los tres líderes del Movistar; Valverde, Mikel Landa y Nairo Quintana, buscaron el ataque cada uno por su cuenta.

“Nibali es muy bueno, así que una pena. Ha sido muy difícil, había un ritmo asfixiante y nadie subía como quería. He sufrido mucho y he aprendido”, señaló Landa, sexto de la general.

Bien situado, Bernal subió al ritmo marcado por su compañero holandés Wout Poels, escoltado por Thomas, sin tener ningún contratiempo en una jornada muy fresca, después de las tormentas.

Antes, el debut de la cortísima penúltima jornada de la carrera había sido muy nervioso. Se formaron varios grupitos y el más listo en la guerra de guerrillas fue Nibali.

“He pasado momentos muy duros, por lo que ganar aquí es un gran premio. A partir de la décima etapa no tenía piernas para la general, por lo que me he centrado en las etapas”, dijo.

Queda por disputarse la última etapa, una teórica formalidad de 128 kilómetros entre Rambouillet y París. Los Campos Elíseos ya esperan a Bernal, su nuevo rey.

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