El banquero y la sombrilla

Como toda crisis, esta no será diferente. Tiene su inicio y tendrá su fin. Tendrá también su solución, ¡no duden de ello!

Aunque muchas veces se lo atribuimos a Mark Twain, aquello de que un banquero es quien te presta una sombrilla cuando no la necesitas y te la quita cuando comienza a llover es, de hecho, de fuente anónima, publicado por primera vez en el 1905 en Londres.

Como toda crisis, esta no será diferente. Tiene su inicio y tendrá su fin. Tendrá también su solución, ¡no duden de ello!, aunque tardemos más de lo que quisiéramos en dar con ella. También tendrá más de una lección para todos aquellos que la vivimos, y que la sobreviviremos, en las próximas semanas.

Una de las primeras lecciones que he sacado del Covid-19 es que no todos nuestros banqueros son tan patéticamente indolentes o insensibles como los que supuestamente describía Twain.

Dentro de tiempo récord, luego de recibir las herramientas de diferimiento normativo y de política monetaria por parte de las autoridades, los principales bancos anunciaron importantes medidas para aliviar y facilitar, en la medida de lo posible, la difícil situación que sus clientes, y especialmente sus deudores, enfrentan durante esta pandemia.

Las medidas adoptadas por las entidades difieren entre ellas. En apenas una semana han ido generalizándose, se han ampliado y mejorado para beneficio del cliente. Sepan que son medidas mejores que las ofertadas en mercados más desarrollados que el nuestro, como los Estados Unidos, Colombia, Chile y México que, para mí, son referenciales en la región.

¿Qué es lo primero que debo hacer?

“Mis padres sobrevivieron la Gran Depresión y me enseñaron a vivir dentro de mis posibilidades, ahorrar para mañana, a compartir y no ser codicioso y a trabajar duro a sabiendas de que el dinero no te hace mejor o más importantes que otros” David Suzuki