Sobre cómo la pandemia transformará la banca criolla
Cada vez pienso más no en cómo será nuestra vida después el COVID-19, sino en cómo es que conviviremos con la pandemia que ha generado. Ausente un tratamiento o una vacuna, reinventarnos en torno a esa relación es fundamental para sobrevivir 2020 y relanzarnos en 2021.
Durante los últimos días, he reflexionado en el impacto que tendrá el COVID-19 sobre la economía y, de manera particular, en los retos y las oportunidades que presenta para la banca dominicana. Comparto algunos apuntes del cómo se transformará el sector bancario durante estos tiempos de pandemia.
Lo hago con humildad, a sabiendas de que es poco de lo que podemos estar seguros ahora y con todo el deseo de equivocarme en algunas de estas especulaciones, aunque pienso que, al final del día, contaremos con una banca más eficiente, consolidada y, ojalá, más humana.
Más digital
Si antes la transformación digital era un lujo que solo algunos podían darse, mientras también mantenían su tradicional infraestructura física de sucursales y cajeros, ahora sabemos que lo digital es esencial para la supervivencia.
Cotizar un préstamo, abrir una cuenta de ahorro o negociar un depósito a plazo fijo tendrá que poder hacerse de forma digital y desmaterializada en el muy corto plazo.
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