Valdesianos, cosecha 2019

Celebrando exactamente diez años luego de su primer “descorche”, allá en mayo del 2009, el Banco Central la semana pasada anunció una nueva liberación de encaje legal por una cifra récord que, en este ambiente de tanta especulación e incertidumbre, algunos analistas han visto con suspicacia por su “timing”.

¿Realmente es necesario liberar esos recursos? ¿En estos momentos? ¿Por qué?

En la primera gráfica vemos la tendencia del crecimiento crediticio de los últimos años, resaltan en las barras las seis ocasiones en las cuales las autoridades ejecutaron la inicialmente heterodoxa decisión de liberar recursos de encaje legal.

Cuando se presentaron los primeros “Valdesianos”, fuimos escépticos pues entendíamos que podría ser una medida distorsionadora del funcionamiento del mercado de crédito, por aquello de favorecer a ciertos sectores de forma exclusiva y también porque generaría “ruido” a quienes ya tienen préstamos y no necesariamente se beneficiarán de la flexibilización monetaria ejecutada bajo esa modalidad.

Algunos analistas cuestionan si no se trata de un excesivo activismo por parte de las autoridades monetarias en el mantenimiento de un ritmo de crecimiento económico que debe tomar su curso de forma natural, sin la necesidad de recurrir a un mayor endeudamiento privado “forzado”, cual si fueran inyecciones de esteroides crediticios.

¿No será que la parte monetaria se tira demasiada responsabilidad sobre los hombros cuando deberíamos también ver impulsos y facilitaciones desde el ámbito fiscal o institucional?