A ganar todos

Después de todo, se señala, con unas elecciones ordenadas ganamos todos, pues el que triunfa es el país

El lunes próximo sabremos, salvo imprevistos que no deseamos que se repitan, quiénes serán los nuevos integrantes de las cámaras legislativas, y podríamos saber también quiénes ocuparán la presidencia y la vicepresidencia de la república. Podría ser que para estos últimos hubiera que esperar a la segunda vuelta electoral, o probablemente sean electos en la primera, pero lo que es prácticamente seguro es tendremos un presidente y una vicepresidenta.

A las puertas ya de los comicios, es de rigor exhortar a que hagamos lo que sea necesario para que transcurran en paz, sin sobresaltos, violencia o triquiñuelas. Después de todo, se señala, con unas elecciones ordenadas ganamos todos, pues el que triunfa es el país. Nada perjudicaría más en las actuales circunstancias, aún asediados por la pandemia y con un pronóstico de recesión económica, que entrásemos en una fase de confrontaciones políticas de imprevisibles consecuencias. Las inversiones extranjeras no se recuperarían, los turistas se mantendrían alejados, el peso se depreciaría aún más rápidamente, y se elevaría el costo del financiamiento del inevitable déficit fiscal.

Nos adherimos, por lo tanto, a esas exhortaciones.

Por supuesto, la realidad es que aunque en principio ganemos todos con unas elecciones diáfanas y pacíficas, unos van a ganar más que otros. De hecho, unos ganarán y otros perderán, y así será no sólo en cuanto a los candidatos y sus aspiraciones de ser electos, sino también respecto de personas y agrupaciones dentro de la población en general. La importancia del gobierno como fuente de empleos, y su incidencia sobre las actividades económicas por vía de sus gastos e inversiones, hacen que sus decisiones afecten, muchas veces de manera determinante, la viabilidad y el progreso de empresas, y el sustento y bienestar de individuos y familias. Quisiéramos que no fuera de ese modo, pero años de actuaciones públicas motivadas por consideraciones políticas han hecho que sea así.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.